La separación en la fuente se venía realizando de manera desordenada y poco efectiva en gran parte de los municipios del país. En pro de mejorar en este proceso, el Gobierno nacional decidió unificar del código de colores a nivel nacional, de tal suerte que ahora todos los prestadores de los servicios de recolección, aprovechamiento y tratamiento de residuos estarán obligados a hacerlo de acuerdo a lo estipulado en las nuevas disposiciones.

Desde la península de La Guajira hasta Leticia, los colores a usar serán los mismos, facilitando la tarea de la separación en la fuente. De esta manera, el Gobierno espera que incremente la cantidad de material recuperado y reincorporado a los ciclos productivos.

“Si queremos que la economía circular siga ganando terreno en nuestro país, la separación adecuada de los residuos en la fuente es fundamental, ya que permite reintegrarlos al ciclo productivo para que se conviertan en nuevos productos o materia prima. Esta tarea debe ser un compromiso de todos y esperamos desde el Gobierno nacional que el nuevo código de colores empiece a hacer parte de nuestra cotidianidad”, indicó Carlos Eduardo Correa, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Jonathan Malagón, ministro de Vivienda, Ciudad y Territorio, señaló, entre tanto, que mejorar los indicadores de aprovechamiento era una tarea de todos los colombianos. 

En el país actualmente solo se aprovechan cerca de 1.300.000 toneladas de residuos sólidos, de las más de 12 millones de toneladas que se generan al año, según el Ministerio de Vivienda.

Quien incumpla con el reciclaje podrá ser castigado con una multa de 16 salarios mínimos legales vigentes (más de 460.000 pesos). Se esperan, además, jornadas pedagógicas en distintas regiones del país para que los colombianos sepan cómo deben hacer el aprovechamiento.

Con esta nueva estrategia el Gobierno espera espera incrementar el índice de separación en la fuente y que esto se refleje en el cumplimiento de las metas del país en materia de la gestión integral de residuos sólidos.

Y es que el panorama no es nada alentador. De acuerdo con la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, en Colombia existen todavía 101 botaderos a cielo abierto y 15 celdas transitorias, sitios en los que no está autorizado disponer basuras, pero que siguen operando ante la falta de control y políticas públicas de manejo de las alcaldías, entidades que, de conformidad con la ley, son las responsables de asegurar que se preste de manera eficiente el servicio de aseo.

Entre los departamentos de Putumayo, Chocó, Guanía, Nariño, Amazonas, Vaupés, Guaviare, Magdalena, Cesar, Bolívar, Santander, Boyacá, Antioquia, Tolima, Meta, La Guajira, Cauca, Sucre y Caquetá se distribuyen estos botaderos, de acuerdo con el más reciente Informe nacional de disposición final de residuos sólidos, correspondiente a 2018, el cual fue publicado en diciembre de 2019, siendo el estudio más reciente con el que cuenta el país en esta materia. 

Bolívar, con 21 municipios; Chocó, con 18; Magdalena, con 14, y Nariño, con nueve, concentran la mayor parte de los botaderos a cielo abierto existentes en el país. Un problema que no solo impacta negativamente recursos como el agua, el aire y el suelo, la fauna y la flora, sino también se constituye en una bomba de tiempo para la salud pública.

El pronto vencimiento de la vida útil de varios de los 192 sitios autorizados para la disposición de residuos sólidos en el país (174 rellenos sanitarios, tres plantas de tratamiento y 15 celdas de contingencia) también preocupa. De acuerdo con el informe, este año a 13 rellenos sanitarios, una planta de tratamiento y una celda de contingencia se les vencía.

Entre tanto, José Luis Acero, viceministro de Agua y Saneamiento Básico del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, informó que 18 rellenos sanitarios, en los que se deposita el 36 por ciento de todos los residuos del país, estaban en estado crítico, cerca de cumplir su vida útil y a menos de tres años de que su licencia ambiental se venza. Entre estos se encuentran: Doña Juana, en Bogotá, al igual que los de Bucaramanga, Chiquinquirá, San Gil, Sogamoso, Riohacha, Buenaventura y Yopal, entre otros.

Los colores y sus usos

Blanco: residuos aprovechables limpios y secos, como plástico, vidrio, metales, papel y cartón.

Negro: residuos no aprovechables como el papel higiénico; servilletas, papeles y cartones contaminados con comida; papeles metalizados, entre otros. En esta bolsa o recipiente también deberán disponerse los residuos COVID-19 como tapabocas, guantes, entre otros.

Verde: residuos orgánicos aprovechables como los restos de comida, residuos de corte de césped y poda de jardín, etc.

Tomado de Semana Sostenible