Aire Urbano, la iniciativa de cuatro hermanos para ayudar a recicladores en Bogotá

Esta asociación nació de la unión del esfuerzo de cuatro hermanos que vieron en ayudar a los más necesitados su forma de ganarse la vida.

Cuatro hermanos se asociaron para ayudar a través del reciclaje, su objetivo son aquellas personas que por la pandemia y los azares de la vida lo perdieron todo.

Aire Urbano es la asociación que le da una oportunidad de trabajo a quien lo necesita, y además, comida y hasta ducha a estos recicladores que duermen en las frías calles de Bogotá.

Jorge Roa, antes de la cuarentena tenía una vida sencilla y modesta, pero su trabajo en un autolavado, le daba los recursos para mantener a su esposa y tres hijos. “Económicamente me iba muy bien y el lavadero quedaba arriba en la 139 en Puertas del Sol”, asegura.

Sin embargo, con la cuarentena, el lavadero de carros cerró y a sus 48 años, su vida cambió por completo.

“Pagaba una habitación junto con mis hijos y la mamá de los niños, y pues empecé a colgarme en el arriendo, ¿qué me tocó hacer?, que ella se fuera a vivir donde la mamá, y estoy en la calle durmiendo en el carrito”, relata Jorge Germán Roa.

El carrito del que habla, es con el que ahora recicla. Se lo regaló Aire Urbano, una asociación que nació para darles oportunidad de empleo a personas que, como Jorge, lo han perdido todo.

“Sin trabajo y sin plata, y como no había nada más que hacer, entonces yo acudí donde ellos, donde Aire Urbano y ellos me prestaron el carro y gracias a ellos es que yo estoy trabajando y pues ahorita y estoy bregando a levantarme a ver si puedo volver a conseguir mi plata y sacar una pieza y volver a recuperar a mi familia”, agregó Jorge.

Esta asociación nació de la unión del esfuerzo de cuatro hermanos, que vieron en ayudar a los más necesitados su forma de ganarse la vida.

“Ellos llegan y nosotros buscamos la forma de poderles entregar un vehículo, un zorro, un triciclo, un carrito de mercado”, dijo Clara Ramírez Castañeda, representante legal de Aire Urbano.

“los proyectos de nosotros no eran económicamente, sino más moralmente. Brindarles una cena, que ellos llegaran aquí, ser atendidos y brindarles un café. Fue por unir a todas las personas”, expresó Diego Ramírez Castañeda, líder de Aire Urbano.

La esencia de Aire Urbano no es solo pagar por material reciclable, es dignificar esta labor y a quienes la realizan.

“En esta bodega hay un espacio para cocinar, entonces llegan allá, cocinan el mismo mercado que nosotros les dimos, ellos cocinan y pues ahí comen. También les brindamos un espacio para que se pudieran duchar y arreglarse”.

Hoy son 100 recicladores que han tenido una segunda oportunidad gracias a la labor de estos hermanos, quienes primero se capacitaron virtualmente en el Sena para la gestión de residuos peligrosos y ahora se dedican a formalizar a todos aquellos que hacen la separación de los residuos para que puedan ser reutilizables.

Una labor subestimada pero que cada día toma mayor importancia por su impacto con el medio ambiente.

Tomado de NoticiasRCN.com