Los servicios públicos no dejaron de prestarse, incluso durante los primeros meses de la pandemia. Al interior de las empresas del sector se han generado cambios para garantizar la seguridad.
Con la declaración de la pandemia y la puesta en marcha de la cuarentena, el suministro se convirtió en un asunto clave. Para conseguirlo, Camilo Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), explica que estas “mostraron el compromiso para cumplir con las medidas adoptadas por el Gobierno nacional, con el fin de prevenir y mitigar la propagación de la COVID-19 en nuestro país”.
Lo anterior significó, según puntualiza, garantizar el acceso al agua potable y la continuidad del suministro de los servicios de acueducto, alcantarillado y aseo. En esta línea, también destacó que las empresas reinstalaron y reconectaron a cerca de 303.000 suscriptores de acueducto, lo que les ha permitido acceder a agua potable.
Hay consenso entre las entidades multilaterales sobre la esencia de los servicios públicos en el desarrollo de los países y la disminución de la pobreza. En Colombia, el 86% de la población accede a acueducto, 76% a alcantarillado y 81,6% a recolección de basura, según el Censo de 2018.
Según Sánchez, hasta antes de la crisis, la demanda de energía en el territorio nacional venía creciendo con respecto a 2019; en gas natural, la variación de consumo se mantenía en rangos estables y en voz móvil crecía su uso.
Grandes jugadores
En el Grupo Enel, multinacional energética italiana, jugador global en los campos de electricidad, gas y energías renovables, y con presencia en 35 países, incluido Colombia con las empresas Codensa y Emgesa, “la coyuntura actual representa grandes desafíos”.
Para enfrentarlos, según afirma Lucio Rubio, director general en Colombia, “como compañía nos hemos retado en dos frentes: proteger a nuestro personal y mantener la operación y garantizar el servicio”.
En el primero ha cumplido con la tarea logística de garantizar que los 1.330 empleados enviados a casa cuenten con todos los elementos necesarios para trabajar y en el segundo, en terreno, realizan controles constantes de salud, entregan kits de protección personal, disponen de rutas de transporte y redistribuyen turnos de trabajo, entre otras acciones.
Acción en las regiones
Con cuatro años de existencia, Aguas Kpital Cúcuta cuenta con 191.416 usuarios y 2.786.899 metros cúbicos facturados en la capital de Norte de Santander.
Según Hugo Vergel, gerente de la compañía, si bien la pandemia causó reducción del recaudo, dificultades en la ejecución de obras de infraestructura e inconvenientes en algunos procesos comerciales, también les demostró “que podemos asumir grandes retos, como lo fue el trabajo desde casa de toda la parte administrativa y el cuidado y la protección de todos los trabajadores de terreno”.
Aseguró que se reforzarán todos los medios virtuales de comunicación con los clientes y pondrán en marcha un sistema de gestión de calidad robusto y disciplinado, así como lineamientos ajustados al servicio.
Por su parte, en abril pasado, Empoduitama, compañía que desde 1976 presta los servicios de acueducto y alcantarillado en la tercera ciudad más poblada del departamento de Boyacá, tuvo una caída en el recaudo del 32%, que según la gerente de la compañía, Nelly Puerto, tiene que ver con la disminución de los ingresos de los ciudadanos y, por ende, con la dificultad de pagar los servicios públicos. Pese a esto, aseguró que se “viene prestando y garantizando la entrega eficiente de los servicios públicos y se adelantó la reinstalación del servicio a 299 suscriptores”, entre otras acciones.
La pandemia modificó la operación de las empresas, pero no ha impedido que estas garanticen el acceso de los servicios públicos a los colombianos.
Tomado de Dinero