Una alianza entre una organización de la comunidad raizal de San Andrés y la aerolínea Latam busca ayudar a resolver uno de los grandes desafíos de la isla: la contaminación de plástico.
La idea es que cada semana sean enviadas tres toneladas de este material a Bogotá, donde serán tratadas. Con ello, buscan evitar que el plástico continúe cayendo al mar.
El objetivo es “crear un círculo de economía circular”, explicó en rueda de prensa Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos, la empresa que se encarga de contactar las compañías que reutilizarán el plástico en la capital. La iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Interior y el apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Cada año, aproximadamente, en la isla se producen 25 mil toneladas de residuos. Una parte es producida por los más de tres mil habitantes que viven en San Andrés, pero la gran mayoría proviene de los 1,3 millones de turistas que visitan el archipiélago anualmente.
Para revertir la situación, la ONG Schooner Night Ethnic Association capacitó a 12 jóvenes para que acondicionaran una planta donde separan, compactan y trituran residuos que recogen al visitar 30 hoteles y recorrer barrios de la isla.
“Estimamos que en la isla se generan 80 toneladas diarias de basura. Todo entra pero nada sale y nos limitamos a dejar todos los residuos al relleno sanitario de Magic Garden”, lamentó Lizeth Arigan, de la Schooner Night Ethnic Association. “El relleno sanitario es un problema ambiental y social, por las enfermedades que crea y porque no es la solución a un problema sostenido”.
De las 80 toneladas que se acumulan en el basurero, un 40 % es aprovechable y la asociación raizal “solo evita que el 1 % de los residuos vaya a parar allí”, detalló Arigan.
Por su parte, María Lara, directora de Asuntos Corporativos de Latam Airlines en Colombia, manifestó que la compañía asumió “la responsabilidad por el impacto que genera en la isla, con una presión demográfica importante. Por eso queremos reconocer los impactos y gestionarlos. Es una apuesta ganadora porque no es solo de un actor, sino que tiene todos los componentes alineados en un círculo virtuoso, la comunidad, el Estado, el PNUD y el sector privado.
Lina Arbeláez, gerente de Reducción de la Pobreza y las Inequidades del PNUD, explicó que el objetivo de la organización fue aunarse con la población raizal para que pudiesen “generar una visión de desarrollo autónoma” con el objetivo de “trabajar con los jóvenes y encontrar una gestión de abajo hacia arriba”.
Tomado de El Espectador