Tomado de Portafolio
Hay que migrar a un esquema regional de prestación (de acueducto y alcantarillado) por parte de un solo operador.
Un total de 3.082 empresas conforman la prestación de los servicios de acueducto y alcantarillado en 1.102 municipios de Colombia ¡Todo un despropósito! Peor aún, solo 102 de estas realizan su operación en más de dos municipios y, para completar el panorama, las organizaciones comunitarias que atienden la ruralidad pueden superar las 10.000, quedando en evidencia la gran atomización de operadores existente. De ahí que sea un acierto y necesidad la propuesta de política pública, liderada por el Minvivienda, desarrollada por la CRA y con vigilancia de la Superservicios, para que los beneficios y economías de escala que genera la regionalización sean una realidad.
La lógica empresarial indica que un esquema regional de prestación por parte de un solo operador, agrupando varios municipios, mejora la cobertura, calidad y continuidad, generando equilibrio en distribución de costos entre un número mayor de usuarios y en aquellos municipios donde los costos operativos son muy altos se equilibra con los costos de las demás.
Un ejemplo de ello es el esquema regional del Atlántico que se conformó en el 2014 y cuyo prestador es la empresa Triple A, esto permitió mejorar el servicio en 16 municipios del departamento. Hoy cuenta con más de 590 mil usuarios, es decir casi dos millones de habitantes, de los cuales el 58% está conformado por suscriptores de Barranquilla. Lo más poderoso del modelo es que un pequeño municipio como Piojó, con siete mil habitantes y ubicado a una hora de la capital del Atlántico, está integrado en el sistema regional y por eso cuenta con los mismos estándares de calidad de la gran ciudad.
También encontramos sistemas regionales en Acuavalle, Empocaldas y EPM, empresas robustas y eficientes que atienden a más de 1,65 millones de suscriptores (casi 6,5 millones de personas) en 65 municipios.
Pero estas son las excepciones, producto de iniciativas empresariales. La regulación recientemente expedida por la CRA aporta instrumentos necesarios pero debe ser complementada con incentivos económicos del Gobierno, una regulación diferencial que favorezca la regionalización y la articulación de los actores territoriales.
Existe la creencia errónea de algunos mandatarios municipales de que vincularse a un esquema regional significa perder el control sobre la empresa de servicios, olvidando que su mayor preocupación debe ser el cómo se presta el servicio y el bienestar del usuario. En el futuro, el gobierno corporativo debe ser una realidad para lograr independencia y autonomía que evite que utilicen a las empresas como la caja menor de la administración de turno, en contravía de las disposiciones legales.
Aquí cabe la máxima de ‘menos es más’. Con compañías de operación regional y menos empresas y organizaciones desperdigadas por todo el país, lograremos cerrar las brechas actuales y contribuiremos a cumplir la meta al 2030 del 100% de los hogares con agua potable -ODS6-. Como se ve, la regionalización no da espera.
CAMILO SÁNCHEZ
Presidente Andesco