Reactivación energética

En su discurso del pasado 20 de julio, el presidente Iván Duque presentó al país un plan de reactivación de la economía llamado un ‘Nuevo compromiso por el futuro de Colombia’. Las iniciativas presidenciales contemplan un ambicioso paquete de 27 proyectos estratégicos de energías renovables y de transmisión.

Esa apuesta en el sector energético, del “crecimiento limpio”, como la ha bautizado el Gobierno, incluye proyectos que recorren toda la geografía nacional. Son nueve iniciativas de energía eólica, todas ubicadas en la península de La Guajira, y otras cinco solares en el Cesar, Córdoba, Valle del Cauca y Tolima.

A nueve líneas de transmisión, también en La Guajira y Cesar, se suman tres proyectos geotérmicos en Córdoba y Valle del Cauca y uno de hidrogeneración en Caldas. La aspiración del Ejecutivo es convertir el país en líder regional en materia de transición energética.

Que el sector de las energías limpias integre el plan de reactivación de la economía a la par de apuestas tradicionales como la infraestructura y la construcción no debe generar mayor sorpresa. En sus casi dos años, la administración Duque ha sido consistente en el impulso de la generación de una matriz energética aún más limpia.

El reto de la Casa de Nariño está en la coordinación y la gerencia de este ambicioso plan de reactivación de la economía con
miras a 2022.

Muchos de los proyectos señalados en el discurso presidencial provienen de una política sistemática de promoción de las fuentes no convencionales de energía renovables como sol y viento. Mientras que en 2017 la capacidad de generación de energía eléctrica a partir de esas fuentes era de 18,42 megavatios, en 2019 este indicador había alcanzado 2.478, superando las metas del cuatrienio.

El aporte del paquete energético al plan de reactivación de la economía sería de unas inversiones alrededor de los 16 billones de pesos. Cabe recordar que el monto total que el Gobierno ha calculado para su ‘Compromiso por el futuro de Colombia’ es de 100 billones, unos diez puntos porcentuales del PIB. En materia de generación de puestos de trabajo, otra de las prioridades esbozadas por el presidente Duque para su segundo tiempo, esos 27 proyectos podrían crear unos 55.000 empleos en los próximos años.

Aunque no mencionados específicamente en las iniciativas en energía, se pueden añadir seis proyectos de costa afuera para hidrocarburos, uno de crudo en el Putumayo y ocho mineros en carbón, oro y cobre. Es claro que estos últimos enfrentan complejos desafíos ante la fuerza de sus opositores en las áreas de influencia.

El Gobierno Nacional no solo tiene claro el papel de las inversiones energéticas en la reactivación económica para este año y los próximos, sino también un mapa definido de casi una treintena de proyectos.

El reto más urgente del Ministerio de Minas y Energía radica en la capacidad de acelerar las etapas iniciales de licenciamiento ambiental y consultas previas, en la que hoy están la gran mayoría de estas iniciativas. El sector energético es solo un engranaje más en el aparato interinstitucional que dibujó el presidente Duque para impulsar el rebote de la economía colombiana. La Casa de Nariño tendrá que ejercer al máximo su coordinación y gerencia para garantizar el éxito de este plan para el 2022.

Editorial

Tomado de El Tiempo