¿El Estado colombiano se encuentra preparado para una educación virtual, con una amplia cobertura y con una pertinente accesibilidad a equipamientos por parte de educadores y educandos?
En la actualidad, gracias a la contingencia ambiental generada por la COVID-19, el concepto reinventarse ha ganado terreno y se encuentra en boca de la sociedad contemporánea, esta palabra no es ajena al ámbito educativo, pues a los educadores y a las familias donde hay niños y adolescentes les ha tocado “reinventarse”, para superar satisfactoriamente los objetivos propuestos por las instituciones educativas.
La pregunta que convoca en la actualidad sería entonces: ¿el Estado colombiano se encuentra preparado para una educación virtual, con una amplia cobertura y con una pertinente accesibilidad a equipamientos por parte de educadores y educandos?
Esta cuestión es algo que se debe analizar con detenimiento, pues el hogar de miles de colombianos se ha ido convirtiendo en un aula. La línea entre un espacio llamado hogar y un espacio llamado escuela se está desdibujando, si bien muchos maestros se encuentran haciendo esfuerzos enormes por desarrollar sus clases, los padres se encuentran llevando la batuta de la educación en casa.
Es de esta manera que el Ministerio de Salud intenta maniobrar la educación de todo un país: mediante la virtualidad. Pero la realidad es muy diferente.
El presidente Iván Duque mencionó a mediados del año pasado (2019) en el Congreso de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), que uno de sus objetivos para su Gobierno es tener una cobertura de internet banda ancha para el año 2022, pero si dirigimos nuestra mirada a la actualidad, al fenómeno educativo en medio de una pandemia global, nos encontramos con diversos obstáculos para esta meta en nuestro territorio nacional.
Sin duda, la emergencia sanitaria tomó por sorpresa al Gobierno colombiano, esto queda en evidencia cuando constantemente en portales de noticias vemos primicias acerca de niños recibiendo clases virtuales, algunos en buenas condiciones con equipamientos oportunos, pero, lastimosamente, también llegan noticias de niños que imaginan que tienen un computador real; o niños que, debido a la mala señal, deben trepar a lugares inimaginables.
Esta es la verdadera realidad de la educación virtual en la actualidad en nuestro país; niños y adolescentes que deben recibir clases virtuales mientras sus padres también deben hacer teletrabajo, y en casa solo cuentan con un computador; todos estos fenómenos reflejan lo precario que es el sistema educativo colombiano para sortear contingencias de este tipo.
En Colombia cada 6 de 10 habitantes tiene acceso a internet móvil , esto quiere decir que la mitad de los niños en Colombia, o incluso más, no han podido acceder a la educación virtual en estos tiempos. A esto le añadimos que muchos de los niños y adolescentes que están en época de escolarización se encuentran ubicados en territorios rurales, muy alejados de las grandes urbes, por ende, la conectividad se hace mucho más compleja.
Estos son los grandes retos que tiene el Ministerio de Educación Nacional si quiere lograr obtener buenos resultados en la educación básica y media. Los educandos del territorio colombiano, naturalmente en el sector oficial, carecen de recursos, muchos se encuentran desamparados por sus instituciones educativas.
Todo esto quiere decir que el país aún no se encuentra preparado para dar el salto a la virtualidad, que ha sido el reto que se ha propuesto el Ministerio de Educación.
Una educación totalmente virtual, demanda buenos equipos para la correcta realización de las actividades educativas, también una buena conexión a internet, cosas de las que evidentemente la mayoría de los colombianos carecen.
La pugna entre la presencialidad y la virtualidad en nuestra época se hace latente, pues a las instituciones educativas les ha tocado volcarse de lleno a la virtualidad, el problema con el que se encontraron es que, en los planos de la virtualidad, en materia de educación, Colombia se encuentra con medios deficientes y no se tiene la suficiente cobertura a lo largo y ancho del país, pues si antes de toda la emergencia sanitaria Colombia contaba con un sistema educativo que carecía de medios para tener cobertura, ahora en la virtualidad estos problemas se han ido acentuando.
Por otro lado, tenemos a los educadores; el descontento por parte de este sector ha ido creciendo con los años, este descontento se da por parte de las garantías laborales, salariales y en materia de seguridad, que el Estado brinda a los maestros. Muchos profesores realmente no cuentan con los recursos necesarios para poder brindar sus clases de manera efectiva.
Lo que ha dejado en evidencia el acto educativo en la actualidad es que la presencialidad en la educación y la socialización son fundamentales; la educación virtual ha quedado en jaque, la interacción de los niños y los adolescentes se hace necesaria para una formación pertinente, las medidas tomadas hasta ahora por el Estado, y desde el Ministerio de Educación, solo reflejan las carencias mismas del sistema educativo.
“La educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo”: Paulo Freire.
Camilo Echeverri
Tomado de La Oreja Roja