En este momento se debate en el Concejo de Bogotá el Plan de Ordenamiento Territorial, esperando que tenga respuestas concretas para consolidar la apuesta de la ciudad como territorio sostenible. Han pasado casi dos años desde que una versión anterior no pudo materializarse, y, aunque esta hoja de ruta tiene diversas aristas para analizar, me centraré en las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones – TIC-.
Ante la situación derivada del COVID, la educación, la salud, los trámites, la seguridad, la movilidad y el trabajo remoto, entre otros, se apoyaron satisfactoriamente en la conectividad, demostrando que las empresas de servicios públicos y TIC estaban preparadas para cualquier contingencia. Sin embargo, persisten retos para la prestación y masificación del servicio.
Instalar y regularizar la infraestructura TIC debe ser una prioridad para afianzar la reactivación económica. Si queremos seguir construyendo una ciudad inteligente, el POT debe encaminarse a permitir una infraestructura con cobertura total, en constante actualización. En Bogotá, según nuestras proyecciones, aún hay alrededor del 20 % de hogares sin acceso a internet, y aproximadamente el 15 % de la población no usa las TIC. Debemos cerrar esta brecha.
En cobertura, contamos con una antena por cada 1.600 habitantes mientras que ciudades como Tokio y Nueva York tienen una antena por cada 99 y 232 habitantes respectivamente. Según el índice internacional IESE – Cities in Motion 2019, de 177 ciudades evaluadas, Bogotá se encuentra en el puesto 117. No podemos seguir teniendo zonas sin señal como la Circunvalar, el centro de la ciudad o la periferia.
Por eso, el POT debe incluir un pilar de conectividad y transformación digital que impulse la competitividad. Hay que levantar las limitaciones existentes para la instalación de infraestructura de comunicaciones, como la subterranización, por ser extremadamente costosa, permitir la instalación de postes en andenes de menos de 4 metros de ancho y, facilitar la infraestructura en el espacio público. Es esencial contar con antenas y demás equipos en fachadas de edificios y casas para encaminarnos hacia la tecnología 5G. No es razonable que los servicios de comunicaciones paguen por el uso del espacio público y, peor aún, incluir este cobro a los demás servicios, lo cual sería un retroceso.
Un peso invertido en TIC tiene un factor multiplicador superior a 2,5 veces, creando nuevos empleos y mayores oportunidades de negocio. Bogotá debe enarbolar la transformación digital como su MARCA CIUDAD para ser más productiva, sostenible e innovadora, acercándola en el camino de ser una Ciudad Inteligente.
La tecnología en comunicaciones va a pasos acelerados; los planes se miden en años, no en lustros ni en décadas. Con un POT que no facilite el despliegue de las TIC – en un mundo cada vez más hiperconectado – estaríamos condenados a seguir rezagados y sufrir las consecuencias. ¡No permitamos que nos deje el tren de la modernidad!
Camilo Sánchez Ortega
Presidente de Andesco