El presidente de la firma, Fabián Hernández, habla de la necesidad de definir el tema de dominancia.
Seguir trabajando en el proceso de digitalización del país es una de las metas que Telefónica se ha trazado en Colombia, según Fabián Hernández, presidente de la compañía en Colombia, quien dice que hay una gran oportunidad en las tecnologías emergentes para apoyar la reactivación.
Hernández, quien lleva liderando la compañía cerca de tres años, habló con EL TIEMPO de cómo ven el mercado de las telecomunicaciones, de la necesidad de que se tome una decisión en el tema de la dominancia, de la llegada del nuevo operador y de la falta de condiciones para que el país piense en una subasta de redes 5G
¿Cómo ve la transformación digital en el país con la pandemia de covid-19?
Tenemos que lograr una mayor productividad para generar más impacto en el crecimiento. ¿Cómo logramos mayor productividad? A través de mayor digitalización de todos los factores que generan crecimiento.
En esa fórmula, desde Movistar sentimos que podemos aportar mucho: nosotros tenemos casi 20 millones de usuarios en Colombia, generamos casi 2 billones de pesos en ebitda, creamos 5.500 empleos directos y 18.000 indirectos y, sobre todo, nos hemos venido transformando en la medida en que la sociedad ha necesitado que se transforme.
Pasamos de ser una empresa de teléfonos a ser hoy una compañía de servicios digitales; hoy, nuestro portafolio es totalmente digital para los usuarios y para las empresas, con las nuevas tecnologías que hoy por hoy son las que se imponen para generar mayor productividad, ‘big data’, internet de las cosas, ‘cloud’, ciberseguridad, ‘blockchain’, inteligencia artificial; nosotros somos una compañía que genera ese impacto
. ¿Cuáles son las proyecciones que tiene Movistar en el país?
Colombia es un mercado con muchos retos, pero también con grandes oportunidades. Todavía tiene brechas de conectividad, en fibra óptica y ruralmente, por lo que para nosotros es una gran oportunidad.
Además, el país tiene un tejido empresarial robusto, pero que no tiene tanta penetración de servicios digitales. Queremos contribuir a esa digitalización y generar un impacto positivo.
Pero aún tiene retos, como la dominancia y una agenda que promueva el desarrollo del sector. Una cosa es la fiscalidad del sector, que no es la adecuada si queremos que sea un sector que crezca. Por ejemplo, tenemos el impuesto al telégrafo; hoy por hoy, todos los usuarios pagan el impuesto al telégrafo, eso no tiene sentido.
¿Y en competencia?
En cuanto a políticas públicas para impulsar el sector se ha avanzado, pero queda un camino por recorrer. Somos tres operadores con un tamaño importante, y pagar por el uso de la red no tiene sentido.
Por ejemplo, al año nosotros le pagamos por cargos de terminación a Claro, que es el operador dominante, 20.000 millones de pesos que no necesitan que nosotros les paguemos para mejorar su ebitda; por el tamaño se está generando una distorsión en el mercado, estamos asumiendo un mayor costo para la contestabilidad de las ofertas y eso lo debería mirar el regulador.
El país tiene un tejido empresarial robusto, pero que no tiene tanta penetración de servicios digitales. Queremos contribuir a esa digitalización y generar un impacto positivo.
¿Qué esperan de la decisión de la Comisión de Regulación de Comunicaciones sobre la dominancia en el sector?
En el caso colombiano hay una falla estructural, y es el tema de la dominancia de Claro, que lleva mucho tiempo sin corregirse. Las medidas adoptadas han sido tardías, no han tenido el efecto esperado; todavía estamos en análisis, y cada vez se amplía más el impacto de esa falla de mercado.
El tema es muy sencillo: técnicamente, la Comisión ya ha hecho unos estudios robustos en los cuales se determinó que existía la posición dominante en el servicio de voz y se había trasladado al servicio de datos por parte de Claro. Hoy por hoy es importante el resultado que se ha hecho de esos estudios, no hay ningún tipo de evidencia técnica de que esa dominancia no se haya trasladado.
Además, si llega la decisión, llega tarde y nos queda un espacio adicional. Por ejemplo, el empaquetamiento debe tener unas reglas, las ofertas deberían ser autorizadas por la Comisión para que no haya subsidio cruzado entre los servicios.
El otro elemento es cómo se genera una competencia equilibrada para que esta crezca. Por ejemplo, lo que pasó con Wom: bienvenida la competencia, pero uno no puede generar más competencia provocando una distorsión en el mercado, como lo que pasó en la subasta. Además, se le está generando una ventaja que no es equitativa con el resto del mercado.
En el caso de la infraestructura, cuando se entra al mercado se obliga a los que estamos establecidos a arrendar las antenas al operador entrante, para que cuando tenga un volumen específico pueda caminar solito y que sea a un precio más bajo, pero si ese entrante llega y compra un operador establecido, pues resulta que ya tiene el volumen de usuarios, y si yo le doy precio de entrante lo que estoy haciendo es mejorarle el caso de negocio.
Movistar tuvo a su cargo el primer plan piloto con redes 5G en Colombia, ¿cómo les fue?
Los resultados han sido muy buenos, han pasado cerca de 400.000 personas, donde se ha podido probar la infraestructura y la aplicación. Se midieron las cargas, y el resultado es que los niveles de exposición al espectro estuvieron entre los estándares que determina la regulación local e internacional en temas de impacto de salud.
¿Qué opinan de una posible subasta 5G?
No es el momento, hay que terminar los pilotos y arreglar la casa. Eso pasa por los temas de dominancia, de un modelo de competencia que sea adecuado, que se tengan reglas claras de asignación de espectro para que no pase lo que sucedió en el proceso de subasta anterior, cuando no se les pusieron unos topes a los operadores. Si seguimos por esa ruta, pues quedará de una sola persona con todo y eso no es lo mejor para los usuarios.
¿Cómo ve la llegada de un cuarto operador?
Esto ya ha pasado varias veces; aquí, varios operadores móviles han tratado entrar. Avantel lo hizo y pasó lo que pasó, se quebró y dejó a un poco de empresas sin pagarnos una cantidad importante de dinero hasta el 2030. El número de competidores no hace la diferencia para la competencia, todos los mercados están tendiendo a ser de tres operadores máximo, porque es un mercado intensivo en recursos de capital, un mercado que requiere un proceso de consolidación importante.
Obviamente, tiene retos de contestabilidad de ofertas, esperemos que la fórmula de WOM como nuevo operador del mercado corrija todo el tema de inestabilidad jurídica y regulatoria que se generó con su entrada, y después que tenga una dinámica competitiva centrada en el servicio. Bienvenido, pero aquí estamos también para responder.
Tomado de El Tiempo