Camilo Sánchez, Presidente de Andesco
Tomado de Portafolio
Es un mito pensar que al estar llenos los embalses debe bajar siempre el valor del kWh (kilovatio hora) en la bolsa de energía; cuyo precio depende de muchas variables, como el costo de oportunidad.
En el caso del agua, está relacionado con el valor de tenerla en épocas de abundancia o de guardarla para temporadas de escasez, y con la capacidad de almacenamiento de los embalses.
En las térmicas, tiene que ver con la disponibilidad y costo de los combustibles de respaldo. Además, por la ubicación geográfica, no todos los embalses se llenan simultáneamente.
Estamos cerrando un periodo de más de dos años, casi continuos de fenómeno de ‘La Niña’, similar al del 2011-2012, posterior al cual se presentó un fenómeno de ‘El Niño’ intenso y duradero, con precios de bolsa altos (en el año 2015 superó los $1.000/kWh y, gracias al Cargo por Confiabilidad los usuarios solo pagaron una porción vía factura).
Para entender el precio de bolsa debemos considerar el presente y las expectativas de variables como la alta probabilidad de ‘El Niño’.
También otros aspectos exógenos, como cambios abruptos en políticas gubernamentales sectoriales o anuncios mediáticos como la no suscripción de nuevos contratos de exploración de petróleo y gas natural; este último esencial para la generación y transición energética.
Igualmente, escuchar voces en el ejecutivo y legislativo de implantar controles de precios en la bolsa de energía y tarifas, sin contar con la institucionalidad, impedirá que se reflejen realidades del mercado y de la competencia.
Estas posiciones políticas no técnicas pueden presionar más efectos alcistas.
Son pocos los comercializadores de energía que compran grandes cantidades en bolsa, alrededor del 80% se hace a través de contratos bilaterales, pactados en promedio hace más de año y medio.
Aun así, el precio de bolsa es un valor importante de referencia del mercado, útil para la toma de decisiones, que no repercute significativamente en la factura, como explicó, dado su menor peso relativo dentro de esta.
Además, los retrasos en los proyectos de energía eólica, solar, y de transmisión en La Guajira, por demora de las consultas previas, como por ejemplo en la línea Colectora, implican incertidumbres de la oferta en el corto plazo que también podrán verse reflejadas en aumentos tarifarios.
Es necesario que todos los proyectos de generación en desarrollo entren en operación pronto y avanzar en la subasta del Cargo por Confiabilidad anunciada, para nuevas plantas que cubrirán un posible déficit de energía a partir del 2026.
Este es un sector regulado con una institucionalidad fuerte que respeta los acuerdos contractuales brindando seguridad jurídica, haciéndolo sólido y confiable.
Sería lamentable caer en decisiones unilaterales que afecten el servicio y que podrían ocasionar apagones en algunas regiones. Recordemos que la energía más cara es la que no se tiene.