En épocas de lluvias salen a flote las consecuencias del mal uso de los alcantarillados en Colombia. La basura arrojada a la calle y el vertimiento de sustancias industriales no solo producen taponamientos de esta infraestructura sino millonarias pérdidas y emergencias ambientales y sociales.
El principal error que cometen los colombianos con el sistema de alcantarillado es botar residuos sólidos y líquidos. Los materiales que frecuentemente se encuentran en las obstrucciones de las redes son bolsas de basura, arena, escombros, palos, alambres, grasas, almohadas, ollas, recipientes plásticos, ropa, guacales de frutas y verduras y residuos electrónicos.
Y el segundo gran error y que impacta al planeta es la inadecuada disposición del aceite de cocina desde las casas. Esta acción, según estudio del consorcio Aguas Bilbao Bizkaia, puede causar la muerte de peces y otras especies acuáticas. “Sólo un litro de aceite usado puede llegar a contaminar cerca 40.000 litros de agua”.
Para concientizar a los colombianos sobre la importancia del buen uso de este sistema y de los demás servicios públicos, la Superintendencia de Servicios Públicos, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres-Fondo para el Desarrollo del Plan Todos Somos Pazcífico y el Grupo Semana suscribieron una alianza. En la campaña ‘Superguardianes de los servicios públicos’ se invita al país a realizar acciones sencillas como no arrojar basuras a las calles, ni botar pañitos húmedos, pañales, condones y toallas higiénicas cabellos u objetos extraños al inodoro.
Dentro de los tips se resalta no botar aceites usados ni residuos de comidas por el sifón del lavaplatos. La recomendación aquí es que antes de lavar los platos se deben eliminar los restos de grasa y alimentos, y depositarlos en la basura. A los padres se les aconseja vigilar a los niños para que no arrojen juguetes pequeños al inodoro. Evitar conectar las aguas lluvias a la red de alcantarillado sanitario porque se producen inundaciones, limpiar con regularidad las trampas y sifones de lavamanos y lavaderos, y colocar rejillas anti-residuos en el lavaplatos, son otras de las pequeñas acciones con las que los colombianos pueden convertirse en ‘Superguardianes de los servicios públicos’.
Avances en cobertura
El servicio público de alcantarillado, con base en lo establecido en la Ley 142 de 1994, se define como la recolección municipal de residuos líquidos por medio de “tuberías y conductos”, incluyendo las actividades de transporte, tratamiento y disposición final.
Si bien es cierto Colombia ha avanzado en los últimos años en cobertura, todavía hay municipios sin esta infraestructura y en los que la tienen no todos cuentan con el tratamiento de aguas residuales que permite limpiar estos líquidos para ser devueltos a los cauces naturales.
Casi 37 millones de colombianos disfrutan del alcantarillado. Según la Superservicios hay 109 municipios con una red que conduce las aguas residuales del 75 por ciento de la población urbana del país y que alcanza 38.938 km.
En la publicación ’25 Años Superservicios’, se incluyen datos comparativos de este servicio entre los censos de 1993 y 2018. En este documento muestran que, en alcantarillado, el país pasó del 63 por ciento al 77 por ciento en cobertura. De esta manera, Colombia atendía 20,8 millones en 1993 frente a casi 37 millones, en 2018.
La evolución en 14 puntos porcentuales es loable. Sin embargo, a Andesco le preocupa la brecha entre lo rural y lo urbano: el 82,84 por ciento de las zonas urbanas cuentan con este servicio frente a un 14,36 por ciento de las zonas rurales. Esta cifra no contempla sistemas individuales como letrinas o pozos sépticos, que son habituales en la zona rural dispersa. Según los cálculos de este gremio, se requieren 14,2 billones de pesos para la construcción de redes de tratamiento de aguas residuales.
En comparación con el resto del mundo, se podría decir que nuestro país es privilegiado ya que solo el 68 por ciento de la población mundial tiene acceso a saneamiento mejorado. En otras palabras, alrededor de 2.400 millones de personas carecen de este servicio. Y en zonas como en África, al sur del Sahara, el 70 por ciento de los habitantes no cuentan con saneamiento, lo mismo sucede en Asia meridional donde ese porcentaje alcanza el 53 por ciento, según datos del Banco Mundial.
Reto Pacífico
El Gobierno con ayuda de la banca multilateral ha volcado su mirada al Litoral Pacífico. Uno de los grandes aliados es el Banco Interamericano de Desarrollo -BID- que contribuye en temas de energización rural y agua y saneamiento básico. Este banco ha dispuesto una inversión de 130 millones para agua y saneamiento básico y 91 millones para energización.
Y para darle prioridad a este litoral, el gobierno creó el Fondo para el Desarrollo del Plan Todos Somos Pazcífico (FTSP) bajo la dirección de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres -UNGRD-
En el Litoral Pacífico las coberturas por el servicio de alcantarillado son bajas comparadas con el resto del país, así lo señalan el Conpes 3847 y el documento Marco de Gestión Ambiental MGA para los proyectos del Pacífico Sur, Guapi y Tumaco.
El Fondo Todos Somos Pazcífico no sólo está trabajando con los sistemas convencionales de alcantarillado, sino que está haciendo parte del programa a nivel nacional denominado ‘Sistemas condominales de alcantarillado’ que permitirá ampliar muchísimo más las coberturas en la recolección y tratamiento de aguas residuales en el país y muy especialmente en la zona Pacífica.
Este programa se sustentaen dos aspectos: el técnico y el modelo de implementación. El técnico porque cambia totalmente el concepto de tuberías de grandes dimensiones que requieren profundas y costosas excavaciones y compactaciones, por un concepto de tubería de diámetros mínimos, pequeños o ninguna excavación, reduciendo en gran parte los altos costos de los proyectos de alcantarillado.
Y el modelo de implementación que se hace con el acuerdo firmado por todos y cada uno de las personas que viven en los sitios donde se vaya a implementar el sistema de alcantarillado condominial. Es decir, generar un gran acuerdo entre las partes, cohesión social e identidad con el proyecto. Entre todos los vecinos se define por donde pasarán las redes del alcantarillado y se comprometen a cuidarlo.
“La mejor noticia es que iniciaremos implementándolos en los municipios de Guapi y Tumaco. Solo estábamos esperando que este tema estuviera incluido en la política sectorial nacional y a lo largo del año hemos venido haciendo un gran trabajo con el Gobierno Nacional (Ministerio de Vivienda Ciudad y Territorio, la SuperServicios y la Comisión Reguladora de Agua Potable), el Banco Mundial y el Fondo Todos Somos Pazcífico para incluir este nuevo sistema condominial en el RAS que es nuestro Reglamento Técnico de Agua y Saneamiento básico”, afirma Luz Amanda Pulido directora del Fondo para el Desarrollo del Plan Todos Somos Pazcífico.
El compromiso con la región es que, a través de las obras de alcantarillado y tratamiento de aguas residuales, se generarán grandes beneficios como disminuir los índices de morbilidad infantil, así como reducir los vertimientos de aguas residuales domésticas y la contaminación de los cuerpos de agua y muy especialmente mejorar la calidad de vida de las comunidades a través de la descontaminación ambiental, las condiciones de higiene y de salubridad.
“El reto es grande como también el corazón de todo el equipo que trabaja de forma conjunta con las administraciones locales y departamentales y con la comunidad para lograr hacer realidad estas obras que generan bienestar y desarrollo para sus habitantes”, destaca Eduardo José González Angulo director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres UNGR.
Tomado de Semana