Según la consultora Kearney, los directivos deben incorporar nuevas tecnologías en sus negocios, pero el Gobierno debe habilitar reglas al respecto.
Colombia viene trabajando para convertirse en uno de los países líderes de América Latina en temas de disrupción tecnológica, ejemplo de ello es la instalación del Centro para la Cuarta Revolución Industrial en Medellín, el cuarto en el mundo y el primero en la región.
Sin embargo, este tipo de iniciativas requieren acciones concretas que involucran a los directivos empresariales y, sin duda, al Gobierno Nacional para que tanto el sector privado como el público converjan para que la nación logre avanzar, no solo en temas de innovación, sino de regulación. Así lo expresó Lisandro Pérez, presidente de Kearney Colombia, consultora que trabaja con las principales empresas del listado Fortune 500.
¿La disrupción tecnológica está transformando al sector de consultoría?
La tecnología está cambiando rápidamente la forma de hacer las cosas en todos los sectores. Nosotros hacíamos tradicionalmente estrategia, cambios organizacionales y mejora de las operaciones. Un ejemplo, en estrategia cada vez el mundo es más volátil y más incierto, entonces los planes estratégicos rígidos y donde se marcaba primero se hace esto, segundo, esto otro; eso ya no va más. Lo que se está buscando ahora es entender cómo ese mundo está cambiando, generar escenarios y mirarlos para adelante, entender lo que está pasando y que los líderes puedan reaccionar para ver en qué escenario entrar y actuar.
Otro tema es fortalecer las capacidades del equipo, por ejemplo, en lo digital, pero también hay que generar alianzas con terceros que apoyen el proceso. Recientemente adquirimos una firma global en digital, entonces, si tenemos un problema dentro de nuestro proyecto que tiene temas de data y analytics, tenemos capacidades para tomar acciones.
¿Cuáles son las tendencias para este año que deben tener en el radar los empresarios?
El cambio climático, la diversidad e inclusión y el tema digital son algunos. En este último se debe trabajar en el aprovechamiento de los datos y tecnologías para hacer mejor las cosas y para tener un impacto más grande, tiene que ser super enfocado a los negocios. Es algo estratégico.
En Colombia, el desafío es estar a la altura de lo que está demandando la sociedad y, asimismo, de incorporar las nuevas tecnologías y asumir la disrupción. Eso desde el lado del management, y desde el Gobierno se debe habilitar la regulación para que acompañe dichos cambios tecnológicos, para que no sea una barrera. Sin embargo, el rol que tiene que jugar la empresa en cerrar la brecha social es relevante y no puede dejarlo solo en manos de las instituciones.
¿Cuáles son los retos del empresariado colombiano dada la actual situación social y económica del país?
El tema social es uno, para mí el descontento actual es un desbalance de expectativas, la gente está viendo que se está mejorando como país, pero que eso no se transmite a la ciudadanía. ¿Cómo apoyamos eso?, ahí el rol del empresariado es clave para que se acelere ese cierre de brechas, pero también es importante la participación del Gobierno.
Otro reto es crear valor para los accionistas y el entorno. Esto es clave para evitar esa brecha de expectativas y malestar de la sociedad. Aquí, las nuevas tecnologías son una herramienta importante.
¿Cuáles son los aportes o beneficios que tienen las firmas que trabajan con ustedes?
En el sector privado aportamos al crecimiento en ventas, tamaño y en rentabilidad de las empresas y por el lado del sector público, ayudamos a generar mayor valor por el dinero público; es decir, si colaboramos en administrar mejor el dinero del Estado, se van a tener más recursos para planes sociales, ese es el foco donde aportamos valor.
¿En qué sectores trabajan?
Estamos haciendo cosas en energía, en el que el cambio climático es importante. Compañías petroleras nos están pidiendo consultorías en cómo mitigar la huella de carbono.
También estamos en asuntos de real state donde uno ve que la disrupción de firmas de coworking o ecommerce están haciendo cada vez más irrelevante las tiendas o los espacios que no sean compartidos, entonces hay que ver cómo el sector inmobiliario se reacomoda a ese tipo de cambios que ha traído consigo la tecnología. Además, hacemos gobierno corporativo, trabajamos con las juntas directivas que actúan en decisiones respecto a los temas digitales, cambio climático, entre otros, y lo hacen relevante o un mandato para las administraciones.
¿Cuántos empleados tienen en el país?
Cuando llegué a Colombia hace cinco años, éramos cinco, ahora somos 30. La idea es ojalá a 2021 ser 60 consultores. Las principales restricciones es que nosotros reclutamos en universidades locales y MBA en escuelas americanas, pero queremos ampliar el espectro.
¿Cuál es la filosofía de ustedes y en qué se diferencian de las otras firmas?
Nosotros somos muy cercanos a nuestros clientes, los acompañamos en todo el proceso, no solamente les damos la recomendación, sino que la implementamos con ellos, y tenemos unos valores super claros como la generosidad, tenemos mucho trabajo social y eso lo hacemos en equipo con quienes asesoramos. No solo nosotros trabajamos para ti, sino que juntos solucionamos un problema.
¿Qué otros puntos destaca?
Como parte de estas capacidades que tenemos como firma global, contamos con un Global Business Politicy Council que mira las tendencias de largo plazo y el desarrollo de política pública y cómo impactan esas tendencias en el mundo empresarial y en los países.
Asimismo, tenemos un Energy Transition Institute que se ocupa de mirar los asuntos relacionados al cambio climático y, además, revisa cómo impacta eso a todas las industrias y a los países en los que trabajamos. En este último punto estamos haciendo cosas chéveres con ellos y Colombia.
Tomado de La República