El texto fue aprobado por 429 votos a favor, 225 en contra y 19 abstenciones. El Partido Popular Europeo, los Conservadores y Reformistas y la ultraderecha de Identidad y Democracia (ID) votaron en contra.
La resolución “declara una emergencia climática y ambiental” y pide a la Comisión, los Estados miembros y las instituciones globales que “lleven a cabo las acciones concretas necesarias para luchar y contener esta amenaza antes de que sea demasiado tarde”, algo a lo que también se compromete la propia Eurocámara.
Además, instan a la nueva Comisión Europea, que comenzará su andadura el próximo 1 de diciembre tras recibir la luz verde final del Parlamento este miércoles, a que “evalúe completamente el impacto ambiental de todas las propuestas legislativas y presupuestarias relevantes”.
La Eurocámara pide al Ejecutivo comunitario de Ursula von der Leyen, que ha hecho de la lucha contra el cambio climático una de sus prioridades para la legislatura, que se asegure de que todas las propuestas “están alineadas con el objetivo de limitar el calentamiento global a menos de 1,5 grados adicionales”.
Los Verdes habían presentado su propia resolución, más desarrollada y con reclamos en cifras, como el de pedir a la Comisión que proponga una ley climática europea con un objetivo vinculante de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al menos un 65 % para el año 2030 respecto a los niveles de 1990.
Finalmente, el grupo ecologista se sumó a la propuesta de socialdemócratas, liberales y la izquierda.
Varios eurodiputados de los Verdes celebraron el apoyo a la resolución, aunque advirtieron de que se mantendrán “vigilantes” para que “no se quede únicamente en un símbolo”, ya que ellos hubieran preferido compromisos y reclamos más detallados, y pidieron a los diputados de otros grupos que han apoyado la resolución que “voten en consecuencia” los próximos cinco años.
“Sin un cambio radical de nuestras políticas, provocaremos un aumento de las temperaturas de casi cuatro grados de aquí a final de siglo”, advirtió la europarlamentaria francesa Karima Delli en un comunicado.
Laura Zornoza
EFE