Celsia ganó $54.000 millones en el primer trimestre del año y ejecutó inversiones por $85.000 millones. Foto: Cortesía Celsia.
Desde el fin de semana la Empresa de Energía del Pacífico (Epsa), filial de Celsia, asumió la distribución y comercialización del servicio de energía eléctrica en el departamento de Tolima, actividades que anteriormente estaban en cabeza de Enertolima.
La compañía, que pertenece al Grupo Argos, informó a la Superintendencia Financiera que cerró el proceso de compraventa de estos activos, el cual había sido anunciado el pasado 8 de marzo, transacción que tuvo un costo de 1,68 billones de pesos.
Con esta movida Epsa aumentó su negocio de distribución al sumar 490.794 clientes en Tolima y llegar a los municipios de Ricaurte, Guaduas y Nilo, en Cundinamarca, con lo que totaliza 1,11 millones de usuarios. Igualmente sumó a su inventario de activos 75 subestaciones y 11.661 kilómetros de red de distribución con los que se atienden a 47 municipios tolimenses (ver gráfico).
Más efectos
En las cuentas de Epsa se indicó que esta operación aumentará los ingresos, mejorará los resultados operacionales y financieros de la compañía, y le permitirá sumar 198.000 millones de pesos anuales a su ebitda consolidado (flujo operativo de caja), una vez entre en vigencia el nuevo periodo tarifario de distribución (5 años), conforme a la Resolución 015 de 2018 de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (ver Informa).
Para el pago de esta adquisición Epsa colocó en el mercado local bonos ordinarios por un monto de 1,1 billones de pesos, de los cuales un porcentaje superior al 70 % fue destinado al pago a Enertolima.
“Igualmente, se realizaron operaciones de crédito puente con entidades financieras internacionales por valor de 190 millones de dólares y con la banca nacional por un monto de 200.000 millones de pesos. En el corto plazo las operaciones de crédito puente serán reemplazadas con recursos provenientes de optimizaciones del portafolio de la compañía y el apoyo de los accionistas”, indicó Epsa en el documento enviado a la Superfinanciera.
El pasado jueves Epsa perfeccionó el contrato de crédito por 190 millones de dólares con JPMorgan Chase Bank, N.A., en calidad de agente administrativo, y en el que también participan como prestamistas Sumitomo Mitsui Banking Corporation, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (New York Branch), Banco Santander, BNP Paribas, The Bank of Nova Scotia e Itaú Panamá.
Asimismo, se perfeccionaron contratos de crédito con Banco de Bogotá y Banco Davivienda, cada uno por valor de 100.000 millones de pesos, con un plazo de 18 meses.
Con la finalización de esta transacción, se incorporan a la planta de Epsa 259 colaboradores que desde el Tolima aportarán al desarrollo de la organización con su cultura y sus conocimientos de la industria eléctrica.
Hace un mes, cuando Celsia presentó los resultados financieros del primer trimestre de este año, el presidente de la empresa Ricardo Sierra Fernández, insistió en que “seguimos trabajando con perseverancia para consolidarnos como jugadores relevantes del sector eléctrico nacional. Los importantes movimientos con los que empezamos este 2019, dan muestra de ello”, en referencia al inicio de la operación del servicio de energía en el Tolima, meta que se concretó este fin de semana.
Acatando decisiones
Mientras su filial Epsa oficializaba el inicio de operaciones como distribuidor y comercializador de energía en Tolima, la empresa matriz Celsia explicó el alcance de la determinación del Consejo de Estado, en el sentido de suspender provisionalmente la licencia ambiental del proyecto hidroeléctrico Porvenir II, en San Luis, Antioquia.
Adicionalmente, el alto tribunal solicitó a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), a la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas y a Porvenir II, que informen el estado actual de las actividades a su cargo.
Mediante un reporte a la Superfinanciera, la empresa precisó que esta actuación se conoce dos meses después de que se anunciara que no va a desarrollar el proyecto por su propia cuenta, y que está buscando un socio o un inversionista, por estar enfocada en adelantar otras iniciativas de energía renovable de mayor rapidez de ejecución. “A la fecha no se han iniciado las obras del proyecto y, por tanto, la medida cautelar se toma como una medida preventiva, más no porque se estén vulnerando los derechos de alguna población”, se lee en el documento.
Acatando las normas
Porvenir II, propiedad de Celsia, también manifestó que entiende la importancia de proteger los derechos de las víctimas y en proceso de restitución de tierras y aseguró que por eso lleva más de siete años trabajando de manera articulada y permanente con diferentes entidades (Unidad de Restitución de Tierras, Acción Integral Contra Minas Antipersonal y el batallón de desminado humanitario N° 60, entre otras).
No obstante, destacó la importancia de los proyectos de infraestructura a nivel nacional y especialmente los de generación hídrica en Colombia, dada la eficiencia que otorgan por la riqueza hídrica y la topografía montañosa del país, la firmeza que brindan en el suministro de la energía y su condición de energía renovable, que permite que exista una de las matriz de generación limpia.
“Esto ha hecho que Porvenir II sea considerado como un Proyecto de Interés Nacional y Estratégico y de utilidad pública e interés social, dado el aporte que realizará a la seguridad energética del país”, añadió Celsia.
Contra la providencia, la compañía interpuso las acciones legales procedentes para continuar con la viabilidad del proyecto, e indicó que la suspensión provisional de la licencia ambiental no ocasiona ningún efecto en su situación financiera.
Tomado de El Colombiano