Camilo Sánchez, presidente de Andesco y CGN
Tomado de Portafolio
Es momento de proteger la democracia garantizando la separación de las ramas del poder: Ejecutiva, Legislativa y Judicial, pilares del Estado Social de Derecho que han evitado que alguna absorba a la otra, impidiéndonos caer en la tiranía. Las dictaduras disfrazadas de democracia a lo largo de la historia dejan una estela de abuso, corrupción, pobreza y pérdida de libertad.
El presidente hace lo que antes criticaba como opositor. Dos semanas atrás y frente a la aprobación del segundo debate de la Reforma a la Salud, dijo que el Congreso había respondido al clamor popular. Hoy, con improperios y amenazas acusa al grupo mayoritario de senadores de la Comisión VII. Ellos estaban amparados en su legítimo derecho y autonomía, y archivaron la Reforma laboral por no contar con un aval serio del costo fiscal, además porque estudios del Banco de la República y otros centros de pensamiento expresaron que se perderían 500.000 empleos y la informalidad aumentaría por encima del 55%.
Es una estrategia distractora para ocultar el retroceso en seguridad, fracaso de la paz total, crecimiento del narcotráfico, lo que implicará la casi segura descertificación; aumento del desempleo nuevamente a dos dígitos; crisis fiscal del Estado y riesgos de apagón financiero, entre otros.
Maltrata igualmente al Poder Judicial cuando hay ponencias negativas para sus reformas; o declaratorias de inconstitucionalidad como la emergencia económica en La Guajira; o la reciente suspensión del trámite de lineamientos ambientales en la Sabana de Bogotá por falta de concertación y apresuramiento de la exministra de Ambiente.
Exigimos respeto por la institución gremial y empresarial. No aceptamos más difamaciones y afirmaciones mentirosas, pintadas de verdades a medias, que tanto el presidente como altos funcionarios expresan diariamente.
Es la hora de la unión: gobernadores, alcaldes, ciudadanía y empresarios debemos defender la autonomía, institucionalidad y democracia ante los costosos embates al permitir días cívicos, paros, bloqueos y manifestaciones autoinducidas e innecesarias.
El anuncio de una Consulta popular, mecanismo constitucional que será financiado con multimillonarios recursos públicos, nos mete anticipadamente en una campaña electoral paralizante, que generará más incertidumbre y adormecerá nuestra ya golpeada economía por la parálisis estatal.
El presidente sabe que esto es un canto de sirena. Se requieren más de 13 millones de votos para su aprobación, lo cual será muy improbable, pero de alcanzar dicho umbral, será el Congreso el que tramite las propuestas; es decir, volveremos al inicio.
Como decía Bertrand Russell: “Que te ignoren, que te ataquen, que te cuestionen, que te intimiden, pero que nunca te silencien”. Quedarnos callados hoy no es opción.