El bajo precio del petróleo generará a futuro restricciones en la masificación de las energías limpias y las políticas del cambio climático.
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La crisis del coronavirus esta generando una serie de efectos en los sistemas energéticos mundiales, esto se evidencia en la caída de la demanda del petróleo y sus subproductos que al desatarse la guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia origino un relativo aumento en sus precios, la reducción severa en los viajes y la movilidad de las personas ha tenido igualmente su efecto en el uso de este recurso, pero simultáneamente su efecto colateral es la generación de un alivio para el planeta, por la disminución de la emisión de gases efecto invernadero originado igualmente por las fuentes móviles.
Sin embargo, esta caída en las emisiones no es sostenible a largo plazo y el bajo precio del petróleo generará a futuro restricciones en la masificación de las energías limpias y las políticas del cambio climático.
El análisis de los efectos del coronavirus en los sistemas energéticos y el medio ambiente se pueden analizar desde dos perspectivas intertemporales, lo que está cambiando en este momento y lo que ocurrirá en el futuro cercano. Los cambios más notorios actualmente se pueden determinar en varias direcciones:
1. Una reducción en las emisiones de gases efecto invernadero como colateral de la crisis, la reducción del transporte y la producción mundial, evidenciando lo complicado que es reducir las emisiones de una manera económicamente sostenible.
2. El colapso del sector petrolero debido a la abundante oferta, la destrucción a la par de la demanda causada por el coronavirus, el cierre de las principales economías al comercio y la guerra de precios. Esto implicará, la reducción y/o desaparición de empresas pequeñas y los grandes productores valorizaran sus inversiones en proyectos recientes de energías renovables.
3. Problemas en el suministro de bienes y servicios, y la reducción de los ingresos para las energías renovables tanto en el sector privado como en el público. Desde esta perspectiva, las compañías de energía eólica y solar, están advirtiendo sobre las cadenas de suministro atrofiadas, la incertidumbre fiscal en términos de incentivos debido al cierre de las fronteras en todo el mundo y la desaceleración económica global.
4. Cambios en los patrones energéticos. El teletrabajo generará ahorros energéticos en los edificios, por ejemplo, Innowatts en los USA predice que el uso residencial diario aumentará entre un 6%-8%, la demanda en instituciones educativas y comerciales se reducirá en un 30% y 25% respectivamente, compensando la transferencia en el uso de energía, obviamente el costo del ajuste recaerá en los hogares al ser trasladado dichos costos.
5. Muchos temas de interés global están pasando a un segundo plano y la crisis mundial de la pandemia ha logrado fortalecer la interlocución mundial para generar respuestas y soluciones integrales para la situación actual y sus consecuencias.
En el mediano y largo plazo, se debería esperar algunas de las más importantes enseñanzas:
1. Lecciones aprendidas desde la perspectiva ambiental, a partir del trabajo remoto, las organizaciones podrán continuar con estos hábitos una vez termine la crisis y esto podría impactar el uso de la energía, especialmente en el transporte y los desplazamientos.
2. A medida que el mundo entra en una recesión, es probable que los problemas a largo plazo, incluido el cambio climático, pasen a un segundo plano. Ya están surgiendo dos señales: China está considerando relajar las reglas de contaminación del automóvil en lo que Bloomberg News describió como una posible retirada del cambio climático. El Grupo Eurasia expreso: «El coronavirus desviará la atención global y los recursos de abordar el cambio climático».
3. Planes de estímulo. La Agencia Internacional de Energía ha manifestado a gobiernos la importancia de incorporar la energía limpia en cualquier plan de estímulo económico. Hasta ahora eso no está sucediendo, pero la industria de las energías renovables es uno de los sectores que se va a ver afectado, porque los paquetes de estimulos priorizaran otras necesidades de los países como consecuencia de la pandemia.
4. Cambios políticos que generaran una mayor responsabilidad en temas ambientales, mayor nacionalismo y acciones que permitan resolver sus problemas internos, lo cual podría potencializar muchas economías emergentes.
Estos elementos muestran que los efectos sobre el sistema energético mundial se pueden describir como el consumo de energía, la demanda de petróleo y las emisiones, en una primera fase. Luego, la segunda fase será cómo las cadenas de suministro emergente de la transición energética cambian a medida que la pandemia alcanza su punto de inflexión y el mundo comienza a recuperarse. Para poder enfrentar los diferentes retos, se requieren de estrategias integrales que favorezcan la calidad de vida de los ciudadanos y que las decisiones para resolver la crisis se basen en los avances científicos donde elementos como la energía y el medio ambiente siempre estarán presentes por ser elementos claves para el desarrollo sostenible global.
Clara Inés Pardo Martínez
Post-doctora
Profesora de la Escuela de Administración y del Centro de Estudios para la Competitividad Regional – Score de la Universidad del Rosario.
Tomado de Portafolio