El país ha vivido siete grandes calamidades desde 1994, que han requerido una inversión económica del Gobierno, el más reciente es Iota
Laura Sofía Solórzano C – lsolorzano@larepublica.com.co
El paso del huracán Iota por el Archipiélago de San Andrés y Providencia terminó de marcar un año complejo para el país. Esta vez, la temporada de lluvias ocasionó que lo que parecía ser una tormenta tropical leve se convirtiera en el primer huracán de categoría cinco que pasó y arrasó con parte de las islas.
El daño fue tal que, en Providencia, 98% de la infraestructura terminó afectada, por lo que hay daños graves en los servicios de agua potable y saneamiento. Además, en San Andrés hay más de 1.400 viviendas, 60 comercios y 100 alojamientos afectados.
Por ahora, el Gobierno Nacional habla de un plan de 100 días para reconstruir el departamento, para el cual se invertirían más de $139.000 millones y, adicionalmente, habría una inyección por más de $30.000 millones para arreglar el sistema pluvial de alcantarillado.
Colombia no sufría un desastre natural de esta magnitud, desde la tragedia de Mocoa en 2017, de la cual no se ha terminado de recuperar. Por ahora, según cifras de la Unidad Nacional Para la Gestión del Riesgo, en esa recuperación se han invertido más de $1,2 billones.
Pero hace una década se presentó la ola invernal de 2010 y 2011 que afectó varias zonas del país. Se estima que las pérdidas económicas alcanzaron, según el dinero de la época, US$6.500 millones, unos $12,3 billones, con la TRM a $1.898.
Según explicó Emel Vega, ingeniero hidrometeorólogo, la ubicación geográfica del país la hace propensa a los desastres naturales. “Al estar surcada por tres cordilleras con varios volcanes, hace que el suelo sea fértil, pero muy blando, susceptible a deslizamientos y proceso de remociones en masa”, comentó el docente de la Universidad Nacional.
En 2010, Gramalote, Norte de Santander, quedó destruido por el deslizamiento del Cerro de la Cruz. Fue tan grave la falla geológica que el municipio tuvo que reconstruirse en un lugar diferente. A la fecha se han invertido más de $548.000 millones, y se han entregado más de 815 viviendas. El proyecto de reconstrucción liderado por el Fondo de Adaptación ya se encuentra 82% terminado.
En 2005, el país sufrió por el coletazo del huracán Beta de categoría dos. En ese momento, se estimó que más de 40% de las casas de Providencia se vieron afectadas.
LOS CONTRASTES
Everardo Murillo Sánchez
Consultor internacional gestión de riesgo
“Cuando hay desastres nacionales los gobiernos ajustan el presupuesto y las normas, la capacidad para atenderlas es notable comparado con la de hace una década”.
Antes del nuevo milenio, en 1999, el país sufrió una de sus peores tragedias: el terremoto del Eje Cafetero. Este tuvo daños que rondaron 2,2% del PIB nacional. El evento dejó más de 1.185 muertes, 8.523 heridos y 550.000 afectados. Para enfrentarlo se creó el Fondo Para la Reconstrucción del Eje Cafetero (Forec) que, en su momento, financió más de US$45 millones; más de $71.000 millones, en dinero de la época, con la TRM promedio en $1.591.
Ricardo Tolosa Correa, profesor de la Universidad Nacional sede Manizales, ayudó a coordinar la reconstrucción de la infraestructura pública y amoblamiento urbano para la zona 13 por cuatro años. “Se apoyó la intervención de 7.951 viviendas, y se participó alrededor de 30 proyectos de infraestructura pública y de equipamiento urbano”, comentó Tolosa.
Finalmente, hace un poco más de 25 años se sintió el terremoto de Páez, Cauca. En su momento se estimó que las pérdidas económicas representaron más de US$150 millones, unos $126.000 millones en dinero de la época con un dólar a $840.
Ahora el reto para el Gobierno será enfrentar la ola invernal que continuará hasta fin de año. Sin embargo, según comentó Luz Clemencia Mejía, asesora en la reconstrucción de Armenia, el país cuenta con herramientas para atender los desastres naturales.
“Este Gobierno tiene unos instrumentos jurídicos valiosos como los estados de excepción, que le permiten superar este tipo de crisis. Aun así, hay que ver la gestión del riesgo, para trabajar más en la prevención, que en los desastres”, concluyó.
Las donaciones internacionales para atender a San Andrés y Providencia
Tras la emergencia en el Archipiélago algunos países y entidades internacionales ya ofrecieron millonarias ayudas. Es el caso del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que donará US$400.000 para comprar insumos de primera necesidad y repartir por mitad a las islas; el gobierno de EE.UU., que donará US$100.000 y China, que enviará US$500.000 y US$100.000 a través de la Cruz Roja de su país.
Tomado de La República