Celsia invertirá en los próximos años $4 billones. Mantendrá sus apuestas en distribución y avanza en la consolidación de sus planes de generación en energías renovables no convencionales.
La generación de energía en Colombia pasa hoy por un momento de tensión. Los retrasos de la entrada en operación de Hidroituango, tras la contingencia de hace un par de años, podrían llevar, en principio, a que la hidroeléctrica entre en 2022, cuatro años después de lo pensado. Pero todavía no es claro. Se trata de un megaproyecto de 2.400 MW que representaría 17% de la energía en el país. Por otro lado, más de 2.000 MW de energías renovables no convencionales en La Guajira afrontan dificultades en las consultas previas, en especial en las líneas de trasmisión que van a sacar la energía solar y eólica de esa región. Precisamente, tres procuradores judiciales de ese departamento solicitaron al Gobierno suspender los proyectos de generación y transmisión hasta no tener las consultas previas.
Darles solución a estas dificultades será clave para garantizar la seguridad energética futura del país. La pandemia llegó en un momento complejo porque paralizó gran parte de las consultas previas por las cuarentenas y agudizó la crisis económica, con contracciones previstas para este año, de cerca de 8%.
En ese escenario, Celsia ha enfrentado no solo la coyuntura, para atender sus mercados de distribución y sus planes de expansión de generación, sino que está ajustando la estrategia hacia el futuro.
Cuando llegó la pandemia, las empresas de servicios públicos no pararon. Y tuvieron que garantizar la prestación del servicio y acomodar a todos sus equipos a los protocolos de bioseguridad en tiempo récord. Celsia tiene 1.800 personas en Colombia, 900 en teletrabajo y el resto operando en campo en las centrales, en las regiones o en centros de control. Esa fue la foto de la partida de la pandemia.
Además, debieron asegurar que toda la cadena de suministro funcionara: desde pequeñas ferreterías hasta grandes proveedores de cables y transformadores. “Creamos un plan de choque en la cadena de suministro donde les aceleramos los pagos a todos. Las facturas pendientes las pagamos de inmediato para que tuvieran liquidez. Hoy pagamos en la mitad del tiempo a los proveedores y a cerca de 370 Pymes les estamos pagando prácticamente de contado. Era necesario para poder reaccionar ante cualquier incidencia y contingencia”, recuerda Ricardo Sierra, presidente de Celsia.
Contrataron cerca de 400 personas más para la atención y facilitaron pagos y ayudas para distintos clientes, regulados y no regulados, con diferimientos y descuentos. Sin embargo, por primera vez en la historia, Celsia tendrá cifras de cartera vencida, pero serán muy bajas frente a sus ingresos: la cartera vencida es de $11.000 millones que ya provisionó, un dato bajo para unas ventas de $3,5 billones.
Una vez atendida la emergencia, ahora viene la tarea para consolidar proyectos futuros, en especial de generación. “Y esto nos ha demostrado que hay que acelerar. Terminamos en medio de la pandemia una central de 20 MW en San Andrés de Cuerquia, en Antioquia, al igual que la granja solar del Espinal de 10 MW que entra en operación en el corto plazo”, dice Sierra.
Frente a los proyectos que adelanta en La Guajira, por cerca de 400 MW, Sierra recuerda que llevan 4 años. “Venimos desarrollando las consultas para los parques de generación y las líneas de transmisión que tienen 70% de avance. Estamos trabajando muy bien con las comunidades y las autoridades”, advierte el ejecutivo.
Hacia el futuro, Celsia será una de las locomotoras en el sector de energía: en 2025 la mitad de su generación será de fuentes renovables no convencionales: viento y sol. Eso corresponde a unos mil megavatios entre solar y viento. En un mercado que por costos se ha venido ajustando en los últimos 4 años. La granja de Yumbo costó US$1,4 el vatio. El valor más reciente por el que se instaló el vatio fue de US$0,6.
Desde el punto de vista de inversiones en los próximos años Celsia hará grandes apuestas en el despliegue solar, eólico, otras térmicas y en las redes de distribución, pues la nueva reglamentación advierte que las inversiones en sistemas de distribución deben crecer para mejorar la calidad. Aunque este año pospuso inversiones por $360.000 millones, y se realizarán en 2021 y 2022, en los próximos años “pasamos de lejos los $4 billones en inversiones”, dice Sierra.
En la primera semana de septiembre iniciaron las obras de un proyecto denominado Tesorito, una térmica a gas en Córdoba con una inversión de casi US$200 millones. 200 MW que estarán listos a finales del año entrante. Celsia es socio en ese proyecto, con 55%, junto con Canacol y Proeléctrica.
En ese mismo sentido, Celsia ha venido desarrollando alianzas también en el impulso de los proyectos de energías renovables en Colombia. Firmó una con Cubico Sustainable Investments, líder mundial en este tipo de energías, con una capacidad instalada global de aproximadamente 3 GW distribuidos en 9 países, aportará su amplia experiencia y conocimiento en proyectos de energía solar en todo el mundo, acceso a capital y un amplio relacionamiento con desarrolladores, fabricantes y constructores globales de esta tecnología. Esta alianza constituye la entrada de Cubico en Colombia.
“Esto nos conecta con uno de los desarrolladores más relevantes de energía renovable en el mundo y nos abre horizontes para seguir siendo pioneros en Colombia”, afirma Sierra.
A pesar de la crisis, él es optimista: “¡Creo que nos va a ir muy bien a todos. Vamos para adelante!”, concluye.
Tomado de Portafolio