Por muchos años las empresas de servicios públicos en Colombia estuvieron en el ojo del huracán debido a las fuertes críticas de sus usuarios por mala prestación de los servicios, una infraestructura vulnerable o insuficiente y en muchas ocasiones por el manejo errático de sus presupuestos.
Este cúmulo de quejas se redujo a partir de 1994 cuando entró en vigencia la ley de Servicios Públicos que permitió el ingreso de empresas privadas a un negocio que hasta el momento era un monopolio público y el servicio mejoró en muchos aspectos. Sin embargo, aparecieron nuevos litigios por temas como peleas entre socios, inversiones insuficientes, quejas del servicio o incluso los conflictos con el regulador.
Aunque sigue habiendo dificultades en algunas de las empresas que operan en el país, los avances en las empresas de servicios públicos, y particularmente las de aseo y recolección de basuras, son innegables y este se ha convertido en uno de los negocios más dinámicos.
En este nuevo escenario surgió Aseo Urbano, una empresa creada por el Grupo Sala, un conglomerado de compañías de servicios ambientales creado por empresarios colombianos que logró desarrollar un modelo de negocio exitoso, con eficiencia en el servicio y compromiso social que lo llevó a convertirse, el año pasado, en una de las 25 Empresas que Más Aportan, el especial de revista SEMANA.
El buen desempeño que por más de dos décadas logró esta compañía colombiana motivó a que el año pasado el Grupo Empresarial Veolia decidiera comprarla. Se trata de un grupo francés, líder y referente mundial en soluciones ambientales integrales en agua, residuos y energía, que impulsan el desarrollo sostenible de ciudades e industrias.
Veolia se interesó en al Grupo Sala por varios motivos. El primero de ellos es que se trataba de una empresa con puntos en común en el tema misional. En segundo lugar, por los atributos con los que contaba, como haber entendido bien las tendencias y oportunidades estratégicas de crecimiento, penetración en los mercados industriales, excelente posicionamiento y reputación de marca, así como fuerte relacionamiento con grupos de interés, especialmente con clientes.
Este reconocimiento motivó e impulsó al Grupo Empresarial Veolia a comprometerse más con el propósito de ser una empresa que deja huella y genera valor a todos sus grupos de interés. El mayor impacto fue la motivación que le dio a su equipo de colaboradores en todas las unidades de negocio a lo largo y ancho del país, que permitió fortalecer el sentido de pertenencia.
Para la compañía, las relaciones con el entorno son la clave. Por ese motivo conformó la dirección de Relaciones Institucionales, orientada a lograr que la empresa sea generadora y promotora de relaciones de valor con los diferentes stakeholders y el entorno.
Uno de los pilares de la organización es la formación. Veolia cuenta con más de 170.000 empleados en los cinco continentes. Esto ha permitido que sus colaboradores intercambien conocimientos, logrando un mayor desarrollo profesional.
En términos de legalidad, han adoptado la Política de Ética y Compliance internacional de Veolia, que cuenta con los más altos y exigentes estándares en la materia, desde la alta dirección y permeando a todos y cada uno de sus colaboradores frente a los comportamientos y principios no negociables de la organización.
Veolia le apuesta a la reducción de los impactos ambientales y la oportunidad de disminuir sus costos para ser más competitivos. Implementan soluciones en materia de aprovechamiento para responder a la urgencia del planeta para moverse hacia una economía circular, cuidando los recursos, renovando los recursos y preservándolo.
La innovación es uno de los valores fundamentales de la organización, por lo que constantemente se reinventan y renuevan desde el negocio, diversificando sus actividades y enfocándose en el desarrollo del sector ambiental más allá del marco de los servicios públicos.
Tomado de: Dinero