Alejandro Castañeda, presidente de Andeg, afirmó que las subastas deben abrirse a todas las tecnologías.
“La confiabilidad está para otras tecnologías, no para las renovables”, Alejandro Castañeda, presidente ejecutivo, Andeg.
Las plantas térmicas que por años han servido de respaldo en la generación de corriente al Sistema Interconectado Nacional (SIN), ven que las dos subastas les está quitando el papel clave para garantizar la energía en firme dentro de la matriz.
En diálogo con Portafolio, Alejandro Castañeda, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), recalcó que si bien, las energías renovables no convencionales deben entrar al sistema, el Ministerio de Minas y Energía (MME), debe tener en cuenta la garantía de respaldo para ofrecer el suministro.
Es decir, tener la energía disponible en todo momento para respaldar el sistema, más en temporadas de intenso verano. En cambio, las fuentes renovables no convencionales, lo harían solo cuando se presente luz solar, o fuertes vientos.
Y trajo a colación el caso de la actual situación que vive Alemania con respecto a su matriz para la generación energía. “El gobierno de ese país al percatarse que las fuentes renovables no pueden garantizar el respaldo de manera confiable, están incorporando nuevamente al sistema las plantas térmicas”, dijo.
RESPALDO DE ENERGÍA EN FIRME
Castañeda señaló que la principal observación al MME, es que este tipo de subastas, se hacen solo una vez, más si son de cargo por confiabilidad.
“Lo que se busca con el proceso es que el sistema funcione de manera consistente. Se deben crear unos mercados de capacidad, e indicarle a las plantas térmicas, que sigan en la matriz para que brinde el respaldo, ante la variabilidad que representan las fuentes renovables. Así se ha aplicado en los EE. UU.”, subrayó.
Además, señaló que hoy la gran pregunta del gremio que representa es que, con las dos subastas, las fuentes de energía renovable estarán en la misma capacidad, que ofrecen las plantas térmicas, para respaldar la confiabilidad en el suministro de energía en firme.
“La respuesta es no. Desde el punto de vista de capacidad, una planta térmica entrega, de forma constante, el 90% de la energía al sistema. Esto se llama energía firme. Pero, cuando la capacidad viene de las fuentes renovables, hay intermitencia. La energía eólica tiene un poco más de continuidad, pero ofrecería en firmeza no más allá del 25% de su capacidad”, subrayó el dirigente gremial.
Es decir que, al hacer la comparación, se necesitaría cuatro o cinco veces la misma capacidad en generación eólica para reemplazar a una planta térmica. Y desde el punto de vista económico, un complejo térmico a gas con capacidad instalada de 100 megavatios (Mw), tendría una inversión de US$1.000 millones para su montaje, mientras que meter 5.000 Mw para reemplazarla con un parque eólico puede costar US$4.000 millones.
“El interrogante es por el tema del costo-beneficio, ya que no lo hay por ningún lado. Lo que se debe hacer es garantizar que las plantas térmicas continúen para que brinden el respaldo, para que el sistema se vea beneficiado con energía en firme”, dijo, y subrayó que en otros países estas infraestructuras son el respaldo con respecto a la volatilidad de las fuentes renovables.
Agregó que la bondad de las renovables no es la confiabilidad, sino la competitividad de los precios por la energía que pueden brindar al sistema en el día a día.
“La confiabilidad está para otras tecnologías, no está para las fuentes renovables hoy día. En el momento que se tengan baterías para el almacenamiento, que son costosas a nivel mundial, el panorama cambia. Pero en la actualidad, las plantas térmicas son las que dan el soporte al sistema”reiteró.
TÉRMICAS A CARBÓN, LAS MÁS DAMNIFICADAS
El malestar para el sector térmico es que, mientras se abra más el espacio para el ingreso de fuentes renovables al sistema, se comienzan a desplazar otras tecnologías, como las plantas térmicas con base a carbón.
“Cabe recordar el precio de este mineral para la operación de una térmica es barato. Es decir, es competitivo en cuanto a cotización para la tarifa final”, dijo Castañeda.
Y precisó que las plantas térmicas con base a carbón se abstuvieron de participar en la subasta del cargo por confiabilidad, “por la incertidumbre que generó Hidroituango y los complejos renovables no les permitía estimar qué tanto porcentaje del tiempo estaría generando energía eléctrica”.
El sector recalca que las plantas térmicas a carbón está preocupadas porque si se va a seguir sobreinstalando el sistema con más oferta de generación, los despachos no podrían hacerse en su totalidad y comenzaría a desbalancearse la ecuación de ingresos. “Lo contradictorio es que, en un país que nada en carbón, las plantas más afectadas en la subasta del cargo por confiabilidad fueron precisamente la que funcionan con carbón”, señaló Castañeda.
Reiteró que hoy en día, las plantas térmicas que funcionan hoy día con el citado mineral, utilizan la tecnología ‘Ultra Super Crítica’ (USC), la cual emite los mismos niveles de CO2 que un complejo térmico que funciona con gas natural.
Pero el panorama desolador no estaría solo con los complejos térmicos a carbón, también entrarían en la colada las que operan con gas natural. La razón, los precios internacionales del combustible elevarían los costos de funcionamiento.
“Frente a la incertidumbre que se avizora con las reservas de gas en el país y sumado a la posibilidad de que lleguen nuevas plantas de regasificación para importar gas natural liquido (GNL), el carbón se ubica como una alternativa que sigue siendo significativa para la generación térmica, puesto que le permite al sector brindar confiabilidad, a pesar de la Ley de Carbono que hoy se encuentra en trámite”, dijo el dirigente gremial.
Así, el camino que tiene por delante el sector térmico del país, no es tan claro.
“Si el MME sigue con las convocatorias de subasta para contratos de largo plazo, deben ser abiertas a cualquier tecnología de generación para que haya una mayor competencia. En últimas, el mayor beneficiado será el usuario. Pero, si el proceso sólo se cierra a las renovables, se borra la eficiencia para el sistema”, reafirmó Castañeda.
Subrayó que solo se debe hacer una subasta (la que ya se hizo del cargo por confiabilidad) y dejar que el mercado eléctrico se ajuste, como lo tiene proyectado la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), lo mismo la Comisión de Transformación, y sobre esto seguir construyendo el sector.
En la política que adelanta el MME de transformación energética, el sector térmico sería pieza clave, cuando no haya luz solar o vientos. Sería un respaldo para garantizar la confiabilidad en el suministro de energía, insiste el gremio térmico.
De los cerca de 30 proyectos térmicos a desarrollar inscritos ante la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), luego de la subasta del cargo por confiabilidad, solo quedan nueve complejos, los cuales harán parte de la matriz de generación.
Alfonso López Suárez
Redacción Portafolio
Tomado de El portafolio