Tomado de Portafolio
Tras el derrumbe en la vía Panamericana, Nariño quedó incomunicado por su principal vía. Esto afectó el ingreso y salida de productos básicos, entre ellos el gas natural con el que se atiende la red de Pasto y otras regiones del sur. Según William Oviedo, gerente de Alcanos, esto los llevó a activar planes de contingencia para evitar el desabastecimiento.
¿Dónde opera Alcanos?
Somos una distribuidora con una presencia muy fuerte en el sur del país, estamos en 9 departamentos, 176 municipios y atendemos más de un millón de usuarios conectados a la red. Somos la única distribuidora de gas natural con redes en Nariño, tenemos una operación de distribución de gas natural en Pasto y más de 55.000 hogares conectados al sistema de distribución.
La modalidad con la que se llega es el gas natural virtual. Lo que hacemos es tomar la molécula en el punto terminal del sistema nacional, que es en Popayán. Hacemos una operación de compresión y llegamos hasta Pasto con gas natural comprimido, allá tenemos las estaciones de recibo donde se descomprime.
¿Cómo han mantenido su operación después del derrumbe en la vía Panamericana?
Declaramos un evento eximente, agotamos nuestras reservas. Eso nos permitió hasta el 12 de enero abastecer el servicio. Después empezó toda una operación de contingencia. La articulación fue muy rápida y tengo que reconocer el interés muy fuerte del Ministerio de Minas y Energía para atender la emergencia.
Fue un plan muy similar al de líquidos, internando el producto por Ecuador; eso nos permitió tener disponibilidad aunque no de forma continua. Hicimos un racionamiento desde el 14 al 25 de enero. Una vez se activó el plan completo por Ecuador tuvimos una penetración de gas por la vía de Mocoa – Pasto.
Tomamos una decisión que fue una importación primaria de un buque con 2.600 toneladas. Eso llegó hacia finales de enero y desde ese día logramos internar vía Tumaco el gas. Esto nos permitió hasta el día de hoy operar sin dificultad y tenemos exportación garantizada hasta la segunda semana de marzo.
¿Ha impactado sus costos?
El marco regulatorio para la distribución de gas tiene una transferencia en la tarifa que es diferente a la de operación de cilindros. Mientras que el propano sí ha tenido una afectación importante, con alzas hasta de 40%. Pero por la regulación, el impacto en tarifas ha sido mínimo para la red, con incrementos de 3%.
¿A cuánto ascienden los sobrecostos?
Ya están cuantificados los valores totales, estamos hablando de más de $2.600 millones que se han tenido en costos logísticos para poder operar y atender a nuestros usuarios.
Se activaron esfuerzos con el Ministerio de Minas y Energía, y estamos tratando de lograr un reconocimiento de los sobrecostos. Se activó un plan completo para tener recursos de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo.
¿En caso de que no se habiliten esos recursos, podrían resistir el impacto financiero?
No. Es importante que se presente un pronunciamiento del Ministerio para reconocer estos sobrecostos sin afectar a los usuarios.
¿Esto podría afectar sus planes de inversión?
Lo hemos manejado tal como está proyectado en el plan de expansión de Alcanos, enfocados en Pasto. Las redes de distribución ya tiene una cobertura superior al 80%. Entonces esos planes no se han detenido, sobre todo para conectar a la población vulnerable.
Este año, ¿cuál es el plan de expansión?
Somos la distribuidora a nivel nacional que tiene mayor dispersión desde el punto de vista geográfico con 14.500 kilómetros de red y somos líderes desde el punto de vista de conexión de usuarios bajo la modalidad de gas natural virtual.
Tenemos metas superiores a las 55.000 instalaciones nuevas que deben entrar al sistema al año. En esta región se tiene uno de los precios más altos por la tarifa de transporte. ¿Cómo ha evolucionado el costo del servicio?
Hemos manejado una estrategia de integración de mercados que ha permitido que esas variaciones que tenemos en unos componentes del transporte (más altos por la ubicación) hayan sido mitigados al tener la estrategia de masificar el servicio y mayor número de usuarios conectados a la red.
Para su operación, ¿cuál es la infraestructura crucial que hace falta?
Ampliación de capacidades de transporte en algunos tramos congestionados, sobre todo hacia el sur hay tramos que están completamente contratados y demandados y que hace que cualquier ampliación de demanda tenga que asumir una serie de retos. Ya están los proyectos presentados, hay unos puntos para potencializar las tracciones en los terminales. Ya hay proyectos tanto de los transportadores como de los mismos comercializadores.
¿Qué impacto prevé que tenga la Regasificadora del Pacífico en su operación?
Es importante analizar el componente del costo de molécula que se va a asignar. Eso va a estar muy marcado por el precio internacional de la molécula. Vamos a tener negociaciones de abastecimiento que nos permitan tener precios del mercado competitivos y si llega en condiciones de mercado competitivas pues seguramente podrá ser una opción. Hay que tener cuidado con el reconocimiento que se vaya a dar por esta infraestructura, no afecte en la tarifa.
Más que el proyecto tenemos que ver las capacidades actuales que tenemos que saber si vamos a recibir el gas líquido, ya sea para transportar los líquidos y hacer el proceso de gasificación en cada punto de entrega o si vamos a hacer un proceso de regasificación en puerto. Necesitaríamos infraestructura de gasoductos o de vías para cualquiera de los casos.