¡Transición energética realista y sostenible!

Tomado de Portafolio 

Debe responder a una planeación energética racional y no coyuntural, con un horizonte vista de más de 30 años, para producir respetando la naturaleza.

La transición energética es un camino y no una meta; y para el nuevo gobierno seguirá siendo prioridad. Nuestro país es responsable del 0,6% de las emisiones de gases efecto invernadero y es uno de los 20 países más amenazados por el cambio climático. Por esto, Colombia ha hecho el compromiso de reducir en 51% dichas emisiones para 2030 y alcanzar la carbono neutralidad para 2050. Es importante enfrentar el cambio climático contundentemente, pero de manera articulada con todos los países y de manera proporcional al impacto generado.

La transición implica una senda para la reducción de las emisiones, no para acabarlas. Es imposible pensar que de la noche a la mañana se puedan reemplazar las fuentes de energía que son consideradas como emisoras y cambiarlas por energías limpias. Por eso, con las políticas adecuadas, se va haciendo el cambio donde sea posible y, compensando donde no sea factible o muy costoso reducirlas. No es un todo o nada, hay que hacerlo sin sacrificar la soberanía energética que tanto nos ha costado construir. Nuestras reservas de petróleo alcanzan para 7,6 años y las de gas natural para 8 años. La guerra ruso-ucraniana mostró la fragilidad energética de Europa y la necesidad de volver a la generación térmica en muchos países.

El 76% de la oferta energética primaria proviene del carbón, petróleo y gas, en el consumo final estos energéticos equivalen al 60%. Para 2021 el 82% de la generación de energía eléctrica provino de fuentes renovables y el 18% de combustibles fósiles, como soporte necesario ante situaciones hídricas críticas. El gas natural es usado por más de 35 millones de personas. Esto confirma la importancia de que el país continúe explorando todas las alternativas de abastecimiento posibles para la seguridad energética. Hay que mirar muy bien el tema petrolero porque gran parte del gasto social es financiado por los dividendos de Ecopetrol y regalías actuales.

La transición es construir sobre lo construido. Hay normas recientes que la promueven; apuestas por movilidad eléctrica y a gas natural, pero se debe reducir el IVA a estos vehículos para su masificación; avanzar con las hojas de ruta para hidrógeno y eólica costa afuera con mecanismos adecuados para su incorporación en la matriz; impulsar el mercado de carbono; consolidar la medición inteligente y la eficiencia energética, entre otros.

Además, lograr que las consultas previas se lleven a cabo y con oportunidad, para que los proyectos renovables en La Guajira sean una realidad, ya que representarán el 12% de nuestra matriz energética, pero hoy solo están en el papel.

Todo debe responder a una planeación energética racional y no coyuntural, con un horizonte vista de más de 30 años, para producir respetando la naturaleza. Recordemos la frase de Napoleón, “vísteme despacio, que estoy de prisa”.

CAMILO SÁNCHEZ
Presidente de Andesco