El abogado es un apasionado por la lectura y las reuniones musicales con amigos. Desde hace 10 años es el presidente de Confecámaras y el 1 de enero asumió el liderazgo del Consejo Gremial Nacional.
A Julián Domínguez Rivera le gusta montar a caballo, leer y disfrutar de la música en compañía de sus amigos, algo que no ha podido hacer por la pandemia. Aunque han realizado reuniones musicales virtuales, siente que no es lo mismo.
Está releyendo “con gran deleite” a Don Quijote de la Mancha, escrito por Miguel de Cervantes Saavedra. Dice que es “un libro divertido, universal y actual, aunque se publicó en 1605”. Le gusta la música colombiana, el rock y las habaneras, “un ritmo escaso, pero bonito con verdaderos poemas en las composiciones que hablan de amor, de la nostalgia, el abandono y la familia”.
Le gusta leer a Ernest Hemingway, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez. Hace poco leyó la biografía de Barack Obama porque cree que “era una persona con todos los factores en contra que logró llegar a la posición más importante del mundo: la presidencia de Estados Unidos. Me interesa la vinculación de los líderes con el poder”. También lo inspira la líder Angela Merkel porque dice que ha tenido “el talante de plantarse frente a otros líderes que han tratado de conspirar contra su visión de Gobierno y logró la reunificación de Alemania”.
Julián Domínguez también es abogado de la Universidad de San Buenaventura, de Cali, y fue asistente en la especialización en derecho comercial de la Universidad Externado de Colombia. Tiene más de 20 años de experiencia con los temas empresariales desde que empezó a trabajar en la Superintendencia de Sociedades en consultoría jurídica. Después, estuvo en la Bolsa de Valores de Occidente, la Cámara de Comercio de Cali y desde hace 10 años está al frente de la Red de Cámaras de Comercio (Confecámaras).
Es columnista, profesor universitario y miembro de juntas directivas de sectores públicos y empresariales. Además, hace parte del Consejo General de la World Chambers Federation (WCF) y acabó de entregar la presidencia de la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio (AICO).
“Siempre he estado vinculado al derecho empresarial. Me marcó mucho mi paso por la Superintendencia de Sociedades. El mundo de la economía y de las empresas es apasionante. La empresa es el factor determinante del bienestar. Por eso siempre he tenido la convicción de que en Colombia es indispensable defender a la empresa y al empresario como una actividad noble, de mucha abnegación y de alto compromiso social en la generación de empleo”, asegura Domínguez.
Entre sus logros profesionales destaca la estructuración del modelo de descentralización administrativa que fue pionero en el plano nacional en su paso por la Supersociedades; la incorporación de tecnología para la negociación electrónica de títulos de valores en la Bolsa de Valores de Occidente y, desde Confecámaras su contribución a mantener las reglas de juego para las Cámaras de Comercio, que han generado más de 200 programas durante la pandemia.
Domínguez dice que a lo largo de 10 años en Confecámaras la preocupación más recurrente ha sido el crecimiento del país, pues en ocasiones lo más crítico ha sido “vivir procesos de inestabilidad política en una actividad en la que procuramos trabajar juntos por la sociedad de alianzas público-privadas y lograr consensos”.
En diciembre de 2020 fue elegido presidente del Consejo Gremial Nacional, organismo que reúne a los 29 gremios más representativos del país. Durante un año estará a cargo del gremio en compañía de Rosmery Quintero, presidenta de Acopi, quien asumió como vicepresidenta.
“Agradecemos a los líderes gremiales que generaron consenso alrededor de nuestra fórmula, dado que tanto Acopi como Confecámaras son gremios transversales de la actividad productiva del país. En este marco, nuestro mensaje es de unión y nuestra misión será estar al servicio de los demás gremios que conforman el CGN, así como del sector empresarial colombiano para liderar una tarea lo más articulada posible para lograr los acuerdos que requiere el país alrededor de la reactivación y el impulso del sector productivo del país”, dijo el abogado al recibir la noticia.
Desde el pasado 1 de enero asumió el cargo. “Quienes participamos en el Consejo Gremial Nacional sabemos que en algún momento nos toca dar el paso al frente para liderar. Ya había sido vicepresidente y en un año especialmente desafiante y muy apasionante por los retos que impone recayó en mí la presidencia”.
Asegura que mantendrá el interés por que el aparato productivo colombiano siga prendido pues, según dice, los estudios de Fedesarrollo, Confecámaras y otras entidades demuestran que el sistema empresarial está funcionando. “El reto en 2021 es mantenerlo activo por lo que le presentamos al Gobierno un plan de reactivación empresarial”.
Sobre las medidas que han tomado los diferentes alcaldes para contener la propagación del segundo pico de la pandemia que atraviesa el país, dice que se debe considerar el aprendizaje y las buenas lecciones del año pasado. “El sector empresarial no es el causante de los contagios. El sector empresarial ha estado celoso de los protocolos de bioseguridad y de mantener la economía y empleo, cumpliendo con todas las prescripciones de las autoridades de salud. No es justo cerrar la economía y los establecimientos de comercio que vienen cumpliendo por cuenta de la indisciplina social. Hay que atacar las raíces de la indisciplina y no al sector formal que es el que sale perjudicado con las medidas”.
En esa misma línea, Domínguez cree que uno de los problemas de Colombia es la individualidad. “El país debe trabajar más por lo colectivo, incluso ahora con la pandemia, si cada ciudadano decide no guardar la distancia social y usar el tapabocas debe ser consciente que no sólo se afecta a sí mismo sino a los demás”.
Cuenta que desde marzo de 2020 trabaja por fuera de la oficina y que siendo una organización de servicios han podido adaptarse y cumplir su plan de acción desde la virtualidad. Sin embargo, reconoce que el teletrabajo ha implicado nuevas disciplinas, más horas de trabajo y algunas dificultades para organizarse, pues al no verse se ha perdido el lenguaje corporal que considera “muy importante”.
Se siente agradecido al ser un hombre que ha tenido la fortuna de cumplir sus sueños. Piensa que Colombia tiene un camino muy interesante por recorrer desde el sector empresarial para ser más productivo, competitivo y llegar a más mercados. Domínguez sueña con un país más incluyente y trabajará por hacer consensos. También espera que la vacunación se haga de manera eficiente, que el país crezca el cinco por ciento y que el camino de la reactivación siga con paso firme.
En lo personal, algo de lo que habla poco, afirma que espera contribuir a que “esa visión para el país se haga realidad desde la presidencial de Consejo Gremial Nacional y poder disfrutar en familia, leer más y gozar de la compañía de los amigos muy pronto”.
Tomado de El espectador