Cobertura urbana es del 90 %. Pero en Santa Marta, San Andrés y La Guajira usan carrotanques.
Cien familias de Taganga recibieron este sábado la noticia de que la Alcaldía les había instalado dos tanques comunitarios, que proveerán 20.000 litros de agua, para que puedan enfrentar, en tiempos de sequía, la pandemia desatada por el coronavirus.
“Son dos tanques, de 10.000 litros, que suman siete de los 14 que nos comprometimos a entregar, para invitarlos a que pongan en práctica una de las medidas más efectivas contra este virus”, anunció la alcaldesa Virna Johnson, que prometió carrotanques extra para la comunidad.
Y la ministra del Interior, Alicia Arango, dijo el jueves que, dentro de la campaña ‘Colombia está contigo’, habrá 65 carrotanques de agua potable para zonas más apartadas y afectadas.
Diez de estos, aseguró Arango, ya están llegando a La Guajira, en donde líderes wayú están clamando por ayuda.
Las dos noticias dejan al descubierto los baches de cobertura de agua potable que el país no ha podido superar, y que cobran mayor relevancia ahora que el agua se convirtió en otra de las armas poderosas para combatir la pandemia.
José Luis Acero, viceministro de Agua y Saneamiento Básico, le dijo a EL TIEMPO que, según cifras oficiales, la cobertura nacional es de un 92 por ciento. Sin embargo, admitió que esa cifra esconde una realidad: la diferencia entre las zonas urbanas y las rurales.
En La Guajira hemos sido capaces de movilizar más de 700.000 litros diarios que antes no se contaban a través de fuentes alternativas en represas y pozos deshabilitados.
A punta de carrotanques
En ciudades hay una cobertura por encima del 90 por ciento, mientras que el 29,7 por ciento de las comunidades rurales no cuentan con infraestructura de abastecimiento de agua potable. Y de allí es desde donde están viniendo las provisiones de los citadinos.
Los tanques y carrotanques se han convertido es un mecanismo para paliar el problema, a pesar de que la Corte Constitucional ha dicho que el acceso al agua es un derecho fundamental y colectivo, amparable incluso via tutela.
Pero ni siquiera hay cifras consolidadas de cuántos municipios están recibiendo agua de esta manera ni cuánto valen y cómo se contratan.
“Estamos monitoreando a los operadores de servicios públicos para que los municipios tengan planes de contingencia y estén equipados con los insumos financieros, técnicos y humanos para responder en estas épocas. Que se sepa dónde hay una fuente de abastecimiento, a dónde tienen que ir los carrotanques y en dónde se consiguen”, dijo Acero.
Además, se habilitaron dos nuevas fuentes de financiación –recursos del SGP y los operarios de los fondos de solidaridad– para movilización de carrotanques, más almacenamiento, insumos para potabilización o formas alternativas de abastecimiento para barrios informales.
“Estas son medidas a nivel nacional, y las acciones puntuales con departamentos son en función de la demanda. En La Guajira, por ejemplo, hemos sido capaces de movilizar más de 700.000 litros diarios que antes no se contaban a través de fuentes alternativas en represas y pozos deshabilitados. Los planes que ya estaban andando fueron reforzados para mayor impacto por la crisis actual”, explicó Acero.
Además de La Guajira y de Santa Marta, San Andrés Isla es uno de los grandes retos en esta materia.
El 23 de marzo, y gracias al apoyo de la Armada, se le inyectaron al archipiélago miles de litros de agua potable para contribuir en la mitigación de la propagación del virus.
Ministerio de Vivienda
¿Y los embalses?
Según la representante a la Cámara de la isla Elizabeth Jay-Pang, en tiempos normales no hay agua para cubrir la mitad de la demanda y el tema se agrava por la pandemia.
“San Andrés cuenta con dos carrotanques. Estamos tratando con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de llevar otro y así suplir la demanda”, asegura el viceministro Acero.
En cuanto a las reservas de agua, Acero explicó que si bien el país tiene 40 embalses, muy pocos son multipropósito, es decir, que surten acueductos, distritos de riego y regulación de ríos.
“La correlación que tienen nuestros embalses y la capacidad de nuestros sistemas de acueducto no son muy altas, y en Colombia las condiciones hidrometeorológicas son fluctuantes. Esto implica que todas las empresas prestadoras del servicio de acueducto deben estar atentas a los boletines de alertas y pronósticos del Ideam, para que en este sentido tengan listos e implementen de sus planes de emergencia y contingencia”, explicó el viceministro.
Y recordó que cada autoridad municipal debe garantizar el abastecimiento de agua a cada uno de sus habitantes.
En el caso de Bogotá, la CAR informó el 30 de marzo que se registraba una baja en los que nutren a la sabana.
“Los embalses de Neusa, Sisga, Tominé, Chuza y San Rafael, que hacen parte de la cuenca alta del río Bogotá, están en un 41 por ciento de su capacidad total”, señaló la entidad, a la vez que llamaba a un ahorro de agua.
Sin embargo, la entidad señaló que, a pesar de esos niveles, hay líquido almacenado para garantizar que por ahora no se presente desabastecimiento.
Y se espera que entre la temporada de lluvias para que aumenten los niveles.
Paradójicamente, hay 390 municipios que tienen cierto tipo de vulnerabilidad de desabastecimiento por épocas de sequía. Sin embargo, cuando hay épocas de lluvia son cerca de 620 municipios vulnerables, como Mocoa.
“Estamos saliendo del periodo de sequía y comienzan los periodos de lluvia. Lo que hacemos es monitorear que los operadores de los municipios tengan sus planes de emergencia y contingencia. Todos los departamentos tienen municipios que se afectan por eso. Incluso en La Guajira hubo una época de lluvias en la que el municipio de Uribia se inundó”, explicó Acero.
Entre las medidas que el gobierno Duque ha tomado ante la emergencia sanitaria también está la de aliviar el pago del servicio de agua en algunos sectores y la de las reconexiones para quienes tuvieran cortado el suministro.
Hacemos un esfuerzo muy grande para poder asegurar que todos los colombianos tengan acceso al agua para que se laven las manos.
Las reconexiones
“Nos enfocamos en los lugares más vulnerables. Para los estratos 1 y 2 que no tengan la posibilidad de pagar, tienen la alternativa de no pagarlo y ser diferido en los siguientes 36 meses. Es un alivio directo, pero el servicio depende del pago de tarifas que hacemos los usuarios. Es clave que todos los que podamos seguir pagando lo hagamos”, advirtió Acero.
En cuanto a las reconexiones, resaltó que ha sido un esfuerzo muy importante en los últimos 15 días.
“Hoy le podemos anunciar al país que cumplimos con lo dicho. Las empresas también. Hicimos más de 206.000 reconexiones del servicio de agua. Fue una tarea titánica nunca antes vista en la historia del país. Se les hace a las familias gratuitamente. Esperamos que se puedan acoger al beneficio y que sea una oportunidad de normalizar sus servicios, llegar a un acuerdo de pago con el prestador y que no lo vuelvan a perder”, puntualizó.
Y también llamó a hacer un uso racional del agua.
“Hacemos un esfuerzo muy grande para poder asegurar que todos los colombianos tengan acceso al agua para que se laven las manos. Es un tema de sanidad y que nos ayuda a reducir la probabilidad de contagio. Reduzcamos en lo más posible el consumo. Ciclos de lavado, duchas y regado de plantas”, pidió el funcionario.
Uno de los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo es el de darles acceso al servicio a tres millones de personas, una meta que debe acelerarse de cara a la pandemia.
UNIDAD INVESTIGATIVA
Tomado de El Tiempo