La creación a nivel institucional de una gerencia para La Guajira debe ser prioridad si no queremos que fracasen proyectos a mediano plazo.
Hay varias paradojas en la geografía nacional, regiones inmensamente ricas en recursos naturales no han alcanzado un grado de desarrollo digno y equitativo para sus habitantes. Muchas causas han generado esto y han sido objeto de múltiples diagnósticos por estudiosos del tema, por lo cual no las reescribiré. La prioridad es pasar de la teoría a la práctica y seguir cerrando brechas que parecían infranqueables. Para esto se requiere coordinación entre actores oficiales, empresariales, académicos y sociales de las regiones.
La Guajira está poblada por gente de gran dinamismo y empuje, orgullosa de sus ancestros, provista por la naturaleza de recursos invaluables, algunos explotados desde hace más de cuarenta años, como el turismo y el carbón. De este último, poseemos una de las reservas más importantes a nivel mundial que desafortunadamente no podremos seguir explotando en toda su capacidad a mediano plazo, dadas las tendencias mundiales de descarbonización. Por fortuna, esto será compensado y superado con el enorme potencial y no contaminante de los poderosos vientos y alta concentración de radiación solar que convierten a esta región en un centro energético natural inconmensurable y sostenible.
El desarrollo energético del país, en lo que tiene que ver con fuentes No Convencionales de Energía Renovables, principalmente la eólica y la fotovoltaica, se concentran en buena parte en La Guajira. Solo en las últimas subastas para nuevas plantas de generación, se asignaron obligaciones y contratos a desarrolladores que deberán instalar allí 1575 MW a partir del 2022. De ahí que la apuesta del país en diversificación de la matriz energética implique el desarrollo exitoso de estos proyectos.
El éxito no solamente depende de la instalación de los aerogeneradores para parques eólicos, sino de páneles solares en grandes áreas, además de esquemas de almacenamiento a gran escala, cada día tecnológica y económicamente más viables. También se requerirán líneas de transmisión que conecten centros de generación de energía con el resto del país a nivel de alta y media tensión, al igual que proyectos de extracción de gas natural con los gasoductos correspondientes que brinden respaldo a estas nuevas fuentes, destacando también que los primeros beneficiados deben ser los pobladores de la región.
Este desarrollo impone el cumplimiento de todos los requerimientos ambientales y sociales que la legislación exige, acompañado claramente por el reconocimiento del derecho fundamental a la consulta previa bien entendida por parte de las comunidades indígenas nativas y la promoción de programas de apoyo social para afianzar proyectos que mejoren las condiciones de vida de los habitantes de la región, al tiempo que estos proyectos ayudarán a cumplir la meta de reducción del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Esta labor no puede ser exclusiva de las empresas. El Estado debe generar herramientas jurídicas y de infraestructura para estimular inversión tanto privada como pública y dar seguridad jurídica para que estos proyectos sean ambientalmente sostenibles y deriven en bienestar para la población. Esperamos de los nuevos gobernantes un manejo diferente al del pasado; no puede trasladarse la responsabilidad de la ejecución de las obras que necesita el departamento a los desarrolladores de los proyectos, ellos tienen compromisos establecidos en protocolos legales complementados con programas de sostenibilidad y responsabilidad social para afianzar su presencia en la zona, pero no es su deber reemplazar al Estado.
La creación a nivel institucional nacional de una GERENCIA para La Guajira, inicialmente para ámbitos de energía y agua potable, debe ser prioridad si no queremos que fracasen proyectos a mediano plazo; debe estar dotada presupuestal y logísticamente para que fluyan rápidamente las decisiones y desarrollos de los Ministerios del Interior, Ambiente, Minas y Energía y Vivienda. Este paso será fundamental para lograr la coordinación entre instituciones gubernamentales, autoridades locales, comunidades y empresariado, formando una relación virtuosa y funcional que procure el manejo eficiente y transparente de los recursos. Más aún si tenemos en cuenta que los proyectos de transmisión de energía que se han desarrollado en el país han tomado entre 40 y 57 meses.
La GERENCIA debe ser para La Guajira y en La Guajira y repercutirá en beneficio de toda Colombia. Es importante resaltar la transformación del Gobierno Nacional, en cabeza del Ministerio del Interior, de la antigua dirección de Consulta Previa en la Autoridad Nacional de Consulta Previa. Es un gran paso para implementar autónomamente las tasas para este asunto previstas en el Plan Nacional de Desarrollo.
No tiene sentido centralizar en Bogotá la interacción entre actores para los proyectos que se están ejecutando en las regiones, los que están en proceso, más los que vendrán, dadas las ineficiencias en desplazamientos, mayores costos y demoras para llevar a cabo actividades, entre otras, las consultas e interventorías de las obras. Con este esquema, estamos acercando a los ciudadanos, entidades locales, representantes de las empresas y Gobierno con el fin de dinamizar procesos.
Esta GERENCIA implica que los distintos ministerios ya mencionados deben tener asignados personal y presupuesto. En nuestro caso, el tema energético exige una presencia permanente del Ministerio de Minas y Energía y para tópicos ambientales, del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Lo mismo sucede con el Ministerio de Vivienda para el tema de agua potable, como el proyecto Guajira Azul. Sugerimos que dicha coordinación esté en cabeza de la Alta Consejería Presidencial para la Competitividad y la Gestión Pública-Privada.
El sector empresarial deberá también crear una oficina en el departamento que será enlace permanente con la Gerencia para La Guajira, la Alta Consejería Presidencial y los ministerios, generando la sinergia adecuada y eficiencia requerida que estarán siendo acompañados por los diferentes gremios y uno de nosotros deberá liderar el proceso.
Camilo Sánchez Ortega
Presidente de Andesco
Portafolio